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lunes, 19 de octubre de 2009

Camuflaje ...



"El lobo cambia sus manchas, pero NO sus mañas"…
Desde cuando aprendimos a camuflajearnos para subsistir a las exterioridades? Desde que se inventaron las mentiras blancas o desde que salimos de las cavernas y comenzamos a establecer las reglas de superioridad por encima de los dinosaurios? O justo cuando caperucita roja y la bella durmiente marcaron la pauta de liberación femenina disfrazando la historia? En que momento nos situamos como depredadores en lugar de presas? Cada circunstancia arrastra una historia que cambia el curso de cuantas personas estén involucradas dentro del proceso de lo que consideramos una verdad universal. Cada persona responde a intereses particulares fuera de sus estímulos naturales; lo más idóneo es sostener con firmeza las convicciones arraigadas de nuestra personalidad, más cuando siempre actuamos de esta forma, nos olvidamos del sentido común y encerramos en una burbuja la doctrina arbitraria de actuar entre lo justo y lo correcto, cosa que no siempre es fácil. Necesitamos mimetizar con el entorno para lograr esto?

Mentir es fácil, es el camino más factible de salida a una encrucijada momentánea; difícil es encarar con la verdad una respuesta sin condiciones, sin sujetarla a falsedad u ocultar un sentimiento por encima de una mirada. El plus del siglo trae una vida sin complicaciones, con salida hacia las dificultades que muchas veces no deseamos quitar del camino… o nos resistimos apartar de la vereda esa piedra fastidiosa que nos hace tropezar una y otra vez a conciencia? Es cuestión de aptitud o nos alejamos de la tribu estableciendo territorio independiente fuera de la manada? Si los humanos aprendemos haciendo, por qué nos resistimos dar el salto a una temporada ineludible? En cuestiones disciplinarias el hombre ha roto todas las expectativas convencionales de fidelidad hacia los suyos aislando la mejor parte: “Los sentimientos” y luego subestimamos a las especies que encerramos en zoológicos por considerarlas inferiores o las ridiculizamos por pensar que los mismos carecen de pulgares… El lobo es para mí el prototipo más fiel y persistente ante esa forma de sobrevivir, de mantener el equilibrio en la piara y esa postura por generaciones con el respeto irrompible de lazos afectivos que muchas culturas y tribus entienden como pacto sagrado entre cada miembro; justo ahora nos damos cuenta que los mismos son el ideal perfecto donde comprenderíamos mejor el arte de convivir sin necesidad de aullar ante la luna llena o comer las sobras de la carroña dejada por el jefe, pero paradójicamente, es lo mismo que hacemos los humanos estableciendo clases sociales en donde los de abajo apenas roen el hueso del banquete que saborean los que asumen tener linaje de sangre real con cuentas bancarias muchas veces a costa de sangre y estafa.

Camuflajeamos los sentimientos e intercambiamos la verdad por anteponer nuestro egoísmo y cuando esta acción fatalista deja secuelas en gran escala dentro de una sociedad a la que muchos se resisten dar un abrazo con franqueza o prefieren morderse la lengua antes de decir un simple “Te quiero” o perdonar en lugar de sacar el rencor del corazón, nos posicionamos por debajo de los simios y los triceratops, quienes desenterramos como diamante en bruto para restregarles en la cara siglos después que nuestra inmortalidad les haría ser nuestros esclavos o el tartar más exquisito en la entrada de un restaurant francés. Un día, tan solo un día el proceso evolutivo farsante que asumen los orates de laboratorios llegará, despertaremos con sonrisa ambivalente como la mona lisa, quienes sonrían ejercitando sus 15 músculos faciales, serán extraños y su risa, probablemente sea considerada un aullido, fiel, constante, sin mimetismo .. como los lobos …

 


8 comentarios:

Iván Cárdenes dijo...

Cierto es que nos camuflamos con un disfraz de falsedad en muchas situaciones de nuestra vida diaria. Aparentamos lo que no somos, disfrazandonos de lo que los demás quieren que seamos.

Saludos, interesante entrad!

M dijo...

Cada vez que escucho hablar de las mentiras blanca te recuerdo, es cierto son mentiras igual, pequeñas pero mentiras.
y que decirte del lobo, es un animal con mucha disciplina que enseña algo mas que una buena caceria. Por cierto, me robé la foto de tu fb.
una pregunta, te cae mal la monalisa?

julio mella dijo...

Existen muchos tipos de camuflages los vemos a diario, muchos creen que somos idiotas y que no nos damos cuentas de lo que hacen, si existimos sin camuflages, compadre como siempre usted es especial en esto felicidades

Anónimo dijo...

mentir es parte del ser humano, no por camuflaje como lo veo si no por miedo.
^^
cuidate, interesante.
un abrazo.

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Eso es lo que la selva de concreto y hierro nos ha logrado hacer, convertimos en depredadores y en presa en esta selva, en donde sobrevive el más fuerte.

Y no necesariamente el más fuerte es el que esconde sus sentimientos, para mi es el más débil y se escuda bajo esa coraza para no sentirse vulnerable, al exponer sus verdaderos sentimientos.

Y si, el lobo es majestuoso, dominante, fuerte y cazador, pero también protege con su propia vida a los suyos, hasta aquel que solo come lo que el lobo alfa dejo.

Nosotros una especie superior a veces ni siquiera podemos hacer eso con nuestros seres amados, por nuestro egoísmo, menos vamos a defender al débil, en verdad que el lobo nos enseña lo que es ser el fuerte y al mismo tiempo el defensor de toda una manada, sin distingos de posición dentro de ella.
Saludos

Zab dijo...

Cada día intento más de ser real, lo que soy, no ocultar mi ser, como solía hacerlo antes. Pero, a aquien le miento, si la mentria aveces nos suele salir automática, sin ningún tipo de esfuerzo mental o reflexivo.

saludos

Karlita dijo...

Mentimos por naturaleza y nos camuflajemos por cobardìa...

besos!!!

Unknown dijo...

Escucha por favor “Para Sobrevivir” de Isabel Pantoja…..

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