Ahí estaba yo en la mañana de ayer, encontrándome cara a cara con mi ex compañera de universidad “CN” en el pasillo 11 del supermercado. Tenía mucha prisa y pocas ganas de establecer una conversación, pero si el suficiente tiempo para despertar el recuerdo que sin duda deja escapar una carcajada al recordar el incidente. Mis compañeros de universidad decidieron organizar un viaje a Samaná terminando la carrera. Cuando “CN” escuchó del viaje, se auto-invitó aún sin pertenecer a nuestro círculo. Algunos de mis compañeros refutaron la idea de que ella asistiera al viaje por considerarla manzana de discordia; a parte, era la hija de uno de los catedráticos de la universidad, con donaires de princesa, con cabellera rubia extra lacia, un protocolo excesivo y la insinuación de su linaje francés donde quiera que pisaba.
Procedimos a prepararnos y como de costumbre, lo primero en comprar fue la bebida. Ron para los “Todo terreno” – Whisky para los Dwaristas y para la princesa platinada? … Ahí entró el estrés, conocer el gusto de la intrusa, la misma en que cada uno de nosotros tenía ya guiones pre establecidos por la anfitriona de la villa donde nos quedaríamos, para no dar por entendidos que en realidad éramos unos salvajes que tomábamos un trago de alcohol al levantarnos o hacíamos cuentos de todos los colores explayando una carcajada sin pena. Al final, decidieron comprar un par de vinos con etiquetas de santidad, para hacerle honores a esta joven culta, pulcra e inmaculada. Recordé que no sería tan difícil compartir un fin de semana con alguien a quien le daba vergüenza aceptar que su cabellera no era rubia, sino castaña o que sólo yo sabía la procedencia de su novio hindú.
Ignorar da resultados y al menos a mi no me preocupaban los fantasmas de “CN” … Esa noche, luego de acomodarnos y cenar, procedimos a tomarnos un par de tragos y darle continuidad al guión para que nuestra tormentosa invitada no terminara sonrojando sus mejillas (al menos entendía que un simple NO sin explicaciones algunas, nos hubiera hecho pasar una mejor estadía) … Todos sentados afuera, tomando ron a la roca, con un clima envidiable, sin ruido alguno perturbador. Cuando a ella le sirvieron su copa de vino y probó el primer sorbo, le vi hacer una mueca quisquillosa, (como quien toma un trago de vino grillo rancio) minutos más tarde, apartó de sus manos el tinto líquido de su recipiente de vidrio, nos miró disimuladamente. Yo me paré del asiento hasta ella, tomé un vaso, algunos cubitos de hielo, serví un poco de ron y se lo ofrecí; miró a todos como si buscara la aprobación. Aceptó con cierta timidez y tomó un trago tan largo, como sediento del desierto al encontrar un oasis. Después de la segunda ronda, ella misma procedió a prepararse su trago, echando a un lado su corona y riendo sin pudor alguno. Casi justo a la media noche, cuando íbamos a dormir, nos preocupó su ausencia, la buscamos por los alrededores de la casa, nada de encontrarla, al final se nos ocurrió la idea de ir al río cercano a la casa. Ahí estaba la princesa CN, desnuda, compartiendo las frías aguas con algunos jornaleros haitianos en sus proximidades, todos mis compañeros estaban atónitos al contemplar tal escena ... yo mi naturalidad anti-sorpresa, regresé a dormir.
…Por eso, cuando miraba su rostro ayer, cerca de la estantería de licores y vinos, la imaginé comprando algunas botellas para sus andanzas nocturnas y otras de vino espumante para guardar la compostura ante el circulo de rubias como ellas; al despedirme efusivo le vi ondear con sus dedos, el rizo dorado de su cabellera involuntariamente… Al llegar a casa, recordando el acontecimiento recién contado, y volviendo a reír como loco a solas, comprendí sin duda alguna que, “las princesas si toman ron” ...
Procedimos a prepararnos y como de costumbre, lo primero en comprar fue la bebida. Ron para los “Todo terreno” – Whisky para los Dwaristas y para la princesa platinada? … Ahí entró el estrés, conocer el gusto de la intrusa, la misma en que cada uno de nosotros tenía ya guiones pre establecidos por la anfitriona de la villa donde nos quedaríamos, para no dar por entendidos que en realidad éramos unos salvajes que tomábamos un trago de alcohol al levantarnos o hacíamos cuentos de todos los colores explayando una carcajada sin pena. Al final, decidieron comprar un par de vinos con etiquetas de santidad, para hacerle honores a esta joven culta, pulcra e inmaculada. Recordé que no sería tan difícil compartir un fin de semana con alguien a quien le daba vergüenza aceptar que su cabellera no era rubia, sino castaña o que sólo yo sabía la procedencia de su novio hindú.
Ignorar da resultados y al menos a mi no me preocupaban los fantasmas de “CN” … Esa noche, luego de acomodarnos y cenar, procedimos a tomarnos un par de tragos y darle continuidad al guión para que nuestra tormentosa invitada no terminara sonrojando sus mejillas (al menos entendía que un simple NO sin explicaciones algunas, nos hubiera hecho pasar una mejor estadía) … Todos sentados afuera, tomando ron a la roca, con un clima envidiable, sin ruido alguno perturbador. Cuando a ella le sirvieron su copa de vino y probó el primer sorbo, le vi hacer una mueca quisquillosa, (como quien toma un trago de vino grillo rancio) minutos más tarde, apartó de sus manos el tinto líquido de su recipiente de vidrio, nos miró disimuladamente. Yo me paré del asiento hasta ella, tomé un vaso, algunos cubitos de hielo, serví un poco de ron y se lo ofrecí; miró a todos como si buscara la aprobación. Aceptó con cierta timidez y tomó un trago tan largo, como sediento del desierto al encontrar un oasis. Después de la segunda ronda, ella misma procedió a prepararse su trago, echando a un lado su corona y riendo sin pudor alguno. Casi justo a la media noche, cuando íbamos a dormir, nos preocupó su ausencia, la buscamos por los alrededores de la casa, nada de encontrarla, al final se nos ocurrió la idea de ir al río cercano a la casa. Ahí estaba la princesa CN, desnuda, compartiendo las frías aguas con algunos jornaleros haitianos en sus proximidades, todos mis compañeros estaban atónitos al contemplar tal escena ... yo mi naturalidad anti-sorpresa, regresé a dormir.
…Por eso, cuando miraba su rostro ayer, cerca de la estantería de licores y vinos, la imaginé comprando algunas botellas para sus andanzas nocturnas y otras de vino espumante para guardar la compostura ante el circulo de rubias como ellas; al despedirme efusivo le vi ondear con sus dedos, el rizo dorado de su cabellera involuntariamente… Al llegar a casa, recordando el acontecimiento recién contado, y volviendo a reír como loco a solas, comprendí sin duda alguna que, “las princesas si toman ron” ...
13 comentarios:
Me encanto.
Por lo adorable
Por lo sencillo
Por lo nocturno
Por lo trasgresor
Por lo morboso
y sobre todo
Por lo alcoholico!!
traeme pues compadre esas dos botellitas de vino que se quedaron alla que yo me encargo de exprimirlas!
Ah bueno, primero los sapos bailan flamenco, luego las putas se conocen entre si y ahora las princesas toman ron? Ya veo! Espero que al menos sea del extra viejo y no un lava gallo cualquiera jajajajajaja.
Ja,ja,Ja!!
Valentín, quién lo diría... Mh?... Yo no soy una princesa, no bebo RON. Simplemente no me gusta, no le encuentro sentido.
Prefiero una botella de vino blanco, ñam,ñam...
Que mal, esas personas. Que llegan a ultima hora, cuando planificas un viajes. Y debes soportarlas.
Pero bueeno, hay que ser tolerante...Jajajaja...
Hoy para que comienses, bien la semana. Tienes algo en mi blog...
Un abrazo, que andes bien!!
y se dan ese jumo que cualquiera las puede llevar a su casa.
Así son las cosas, las apariencias siempre nos confunden.
la historia me parecio vivirla, fue grandioso leerla,entretenida, un abrazo.^^
cuidate
CON RAZÓN NO ENCONTRABA MI CORONA!!!
NI RON, NI WHISKY, NI VINO, CERVEZA SIN ALCOHOL.
PISO UN CORCHO Y ME DUERMO BORRACHA, JAJAJA, BESOTES.
Me estoy dando cuenta que no soy una princesita como creía....
No me gusta el ron =S jejejeje!
beshos!
=D
brugal? a la roca?
si, si
si lo toman !
pase a saludarte
q estes biien !
:)
Yo soy una Reina! Y me encanta el ron como buena venezolana que soy jajajajaja.
Excelente escrito. Y muchas gracias por tu visita "charming" Valentin.
Besos!!!
Hola Valentin!!!!!!!
Yo, como buena princesa que soy, dentro de poquito estaré tomando ron en Playa Bavaro...!!!!!! El viernes aterrizaré en el paraiso para disfrutar de mis vacaciones!!!!!!! Ahi, que ganas tengo.....
Un besote!!!!!!!!
asi somos algunas mujeres jajajjajaj muy bueno el escrito me gusto bastente por no decir que mucho!!!
un besoooooo y viva el ron !
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