Justo cuando esbozaba una sonrisa de oreja a oreja por haber entregado a tiempo mis 4 artículos para uno de los medios escritos que colaboro, me asignaron la supervisión de otros y entregar mañana a primera hora 3, incluyendo el artículo central de la portada. (Que al fin me tocó sin proponérmelo, imagino que después de tener ninguna ganas por redactar la insípida entrevista de la cara principal, era como un bono extra para no sentirme miserable o enviar este escrito a la página 27.)
Salí temprano de mi ámbito de trabajo y con otro compromiso más de escribir en otro medio, pero no desconocido para mí. Mientras anotaba en mi agenda el organigrama para el día de mañana; la cantidad de trabajo que tendrían las teclas de mi computador y la muerte anunciada de algunas neuronas, reconfirmé que escribir no es simplemente unir palabras y trozos de expresiones. El primer medio escrito para el cual me tocó escribir era (y aún es) de contenido sensual, erótico, un magazine dirigido a caballeros con fotografías de modelos y mujeres esculturales y con curvas de muerte. El segundo, menos complejo, pero más investigativo, hasta que fui descubriendo que podía escribir sobre cualquier tema que me asignaran sin tener que rechazarlo a raja tabla como algunos compañeros; faltaba poco para terminar la universidad. Hasta el momento disfruto apasionadamente investigar y redactar cada artículo asignado.
Técnicas infalibles que no fallan cuando escribes:
- “sentir las ganas de hacerlo en el momento” (no redactes si tienes la mente en limbolandia)
- Nunca dejes escapar una idea central (si es necesario, anótalas en tu libreta o agenda y luego dale forma)
- Usa un título llamativo (no sensacionalista) a menos que escribas en uno de los periódicos matutinos
- El título dice mucho de tu escrito si eres de los que les gusta “la fresa”
- Una buena fotografía impacta, atrapa
- Escribe con pasión (no importa que muchos te llamen cursi)
- Cuando no sepas de algo, investiga, documéntate, haz tus propios estudios de campo como suelo hacer cada vez que destierro un mito urbano)
- Todavía el copy paste existe??? Vamos, seamos honesto: No a todos Dios nos otorgó el don de escribir
Salí temprano de mi ámbito de trabajo y con otro compromiso más de escribir en otro medio, pero no desconocido para mí. Mientras anotaba en mi agenda el organigrama para el día de mañana; la cantidad de trabajo que tendrían las teclas de mi computador y la muerte anunciada de algunas neuronas, reconfirmé que escribir no es simplemente unir palabras y trozos de expresiones. El primer medio escrito para el cual me tocó escribir era (y aún es) de contenido sensual, erótico, un magazine dirigido a caballeros con fotografías de modelos y mujeres esculturales y con curvas de muerte. El segundo, menos complejo, pero más investigativo, hasta que fui descubriendo que podía escribir sobre cualquier tema que me asignaran sin tener que rechazarlo a raja tabla como algunos compañeros; faltaba poco para terminar la universidad. Hasta el momento disfruto apasionadamente investigar y redactar cada artículo asignado.
Técnicas infalibles que no fallan cuando escribes:
- “sentir las ganas de hacerlo en el momento” (no redactes si tienes la mente en limbolandia)
- Nunca dejes escapar una idea central (si es necesario, anótalas en tu libreta o agenda y luego dale forma)
- Usa un título llamativo (no sensacionalista) a menos que escribas en uno de los periódicos matutinos
- El título dice mucho de tu escrito si eres de los que les gusta “la fresa”
- Una buena fotografía impacta, atrapa
- Escribe con pasión (no importa que muchos te llamen cursi)
- Cuando no sepas de algo, investiga, documéntate, haz tus propios estudios de campo como suelo hacer cada vez que destierro un mito urbano)
- Todavía el copy paste existe??? Vamos, seamos honesto: No a todos Dios nos otorgó el don de escribir
- Cómo es eso que te fascina escribir y seas enemigo de los libros???
- No rebusques ni uses términos o palabras que desconozcas por el hecho de que te parezcan “bonitas”
- Lee todo tipo de escritos (siempre y cuando te interese la lectura) compendios desde temas políticos hasta medicina
- Y lo más importante: “Procura tener tu estilo propio”
La pasada semana un colega y yo ofrecimos un seminario a una sección estudiantil en una universidad privada referente a “Redacción y Corrección de estilo” para estudiantes de comunicación y aficionados a la escritura. Mi colega explicó toda la teoría en sus 2 horas, las mías serían prácticas, por lo que les pedí al poco tiempo y sin mucho protocolo de presentación, salir media hora fuera del salón y traer un escrito de 2 párrafos, el tema era libre; la salvedad: observar bien el foco central del escrito y los detalles que suelen ser insignificantes, pues a veces, los personajes secundarios o extras, tienen mayor relevancia, dependiendo la óptica con que le observemos.
Cuando todos regresaron, procedí a darle 20 minutos de receso en lo que corregía los 32 escritos. 24 de ellos con un estilo sin mucha notoriedad y con exceso cotidiano, 4 de ellos me encantaron. Alguien describió una escena de enamoramiento entre una pareja con tanto morbo, que terminé sonrojándome, otros dos la situación caótica del tránsito en frente del recinto, pero el que más disfruté fue uno que textualmente decía así:
“Tras el ventanal de cristal, observaba sus movimientos fríos … sus ojos eran devorados por las letras de Márquez en donde probablemente sus “putas” no serían tantas y sus memorias quizá eran menos que quien acariciaba con cada dedo los pliegues de papel de su discípulo, tuve el presentimiento de que sabía que espiaba su respiración lenta aún sin verme. Hubiera sido más fácil entrar a su mente que robarle un trozo de su sonrisa que vagaba por otros rumbos”.
Cuando terminó el seminario, busqué insistentemente con la mirada en alto y mi libro poco convencional y disparatoso quien habría escrito este trozo literario que describía emociones y una situación en donde ponía atención a los impávidos movimientos de su presa; ni un solo estudiante procedió a voltear; yo simplemente dejaba escapar una sonrisa mientras caminaba por el pasillo, la misma con toda seguridad era presenciada por algún espejo retrovisor al tiempo que caía la tarde.
- No rebusques ni uses términos o palabras que desconozcas por el hecho de que te parezcan “bonitas”
- Lee todo tipo de escritos (siempre y cuando te interese la lectura) compendios desde temas políticos hasta medicina
- Y lo más importante: “Procura tener tu estilo propio”
La pasada semana un colega y yo ofrecimos un seminario a una sección estudiantil en una universidad privada referente a “Redacción y Corrección de estilo” para estudiantes de comunicación y aficionados a la escritura. Mi colega explicó toda la teoría en sus 2 horas, las mías serían prácticas, por lo que les pedí al poco tiempo y sin mucho protocolo de presentación, salir media hora fuera del salón y traer un escrito de 2 párrafos, el tema era libre; la salvedad: observar bien el foco central del escrito y los detalles que suelen ser insignificantes, pues a veces, los personajes secundarios o extras, tienen mayor relevancia, dependiendo la óptica con que le observemos.
Cuando todos regresaron, procedí a darle 20 minutos de receso en lo que corregía los 32 escritos. 24 de ellos con un estilo sin mucha notoriedad y con exceso cotidiano, 4 de ellos me encantaron. Alguien describió una escena de enamoramiento entre una pareja con tanto morbo, que terminé sonrojándome, otros dos la situación caótica del tránsito en frente del recinto, pero el que más disfruté fue uno que textualmente decía así:
“Tras el ventanal de cristal, observaba sus movimientos fríos … sus ojos eran devorados por las letras de Márquez en donde probablemente sus “putas” no serían tantas y sus memorias quizá eran menos que quien acariciaba con cada dedo los pliegues de papel de su discípulo, tuve el presentimiento de que sabía que espiaba su respiración lenta aún sin verme. Hubiera sido más fácil entrar a su mente que robarle un trozo de su sonrisa que vagaba por otros rumbos”.
Cuando terminó el seminario, busqué insistentemente con la mirada en alto y mi libro poco convencional y disparatoso quien habría escrito este trozo literario que describía emociones y una situación en donde ponía atención a los impávidos movimientos de su presa; ni un solo estudiante procedió a voltear; yo simplemente dejaba escapar una sonrisa mientras caminaba por el pasillo, la misma con toda seguridad era presenciada por algún espejo retrovisor al tiempo que caía la tarde.
