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martes, 4 de diciembre de 2007

AYER...




























Ayer era 1995, año en el que yo dormía y otros realizaban mis sueños. Sueños que aun persigo, sueños que voy realizando.

Seguí mi instinto y me aventuré en un incierto en el que en cada alborada ponía un poco de ahínco para no desfallecer.
Ayer dejé escapar mi voz… ayer me encontré a la deriva en un angosto camino de frutos sin madurar, un camino con espinas, un camino con sal y sin agua.

Ayer me vestí de paciencia con traje de lino y sandalia; llené mi copa de perseverancia y encontré amargura. Estaba sólo en medio de la nada.
Ayer me sentí triste. Quise secar mis lágrimas y me di cuenta que mis ojos estaban secos.

Ayer comí el fruto de mi cosecha. Mi manjar tenía sabor dulce. Poco duró mi vianda en la mesilla. Me di cuenta de que la exquisitez no se disfruta en largas cucharadas sin compartirla con invitados especiales.

Ayer me acongojé, sentí el cansancio de mis pies y divisé que la meta estaba aun lejos.

Ayer comencé a extrañar nombres, nombres que recuerdo con soledad. Ayer quise olvidarme de todo por un momento y me visitó el recuerdo; recuerdo que guardaré en lo más subrepticio de mi corazón.


Ayer abrí mis puertas y me saludó la tolerancia. Hizo una parada de varios días y me hizo entender el verdadero significado de su virtud. Bajé mi cabeza y callé una vez más.

Ayer me enamoré, me perdí en el sabor de unos besos con sabor a postre, cherry y canela…

Ayer perdí mi voz, la busqué en todas partes… la encontré en manos de oprimidos y necesitados…un niño de cinco años me la devolvió. Quise hablarle y no me escuchó, leyó mis labios, sostuvo mis manos y me obsequió un pedazo de lápiz.

Ayer tuve pesadillas, no era de día, no era de noche. La fantasía estaba ataviada de fiesta. Preferí soñar antes que despertar.

Ayer desperté y nada había cambiado…ayer miré mi paciencia en rostro de anciana.

Ayer comenzaba de nuevo. Ayer cerraba los vínculos del pasado. Ayer me proponía caminar por un nuevo sendero,… sendero rodeado de manantiales.
Ayer me cercioré que no sabía nada de la vida, ví por encima de mis hombros y supe que era tiempo de regresar a la realidad… mi ayer era mi persistente hoy con mirada hacia un futuro incierto con apuesta a momentos satisfactorios.

1 comentario:

Dulciblue dijo...

sin comentarios. Muy buen post.

besos

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