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lunes, 27 de octubre de 2008

Complejidad Humana: "Competencia" !!!


Ayer en la tarde decidí ir al mirador de nuevo a mi rutina de ejercicios. Corrí por un promedio de 30 minutos. De regreso para dar otra vuelta, me encontré a unos ciclistas preparándose para emprender una carrera. Todos alineados, todos delgados, con licras ajustadas a sus cuerpos, gafas oscuras y cascos protectores. Veía como algunos se impacientaban tras la espera; mientras balanceaba mi sudado cuerpo de un extremo a otro continuando con mis ejercicios de calentamiento. El despiadado sol aumentaba la temperatura del asfalto con raya amarilla y verdor por doquier. Algunos ajustaban sus guantillas y otros tomaban un sorbo de agua para hidratarse ante la alta temperatura de 32 grados de calor. La señal fue dada y todos emprendieron la carrera. En cuestiones de segundos la persecución aceleró vertiginosamente con cada pedaleo entorpeciendo la visibilidad para ver quien llevaba la delantera.

Subí mi pie derecho al asiento de cemento más cercano, atando uno de los cordones de mis tenis, perdiendo a los contrincantes de vista. Decidí emprender de nuevo mi última vuelta, la misma que fuera de señal iniciaba; esa que insistimos llevar cada día en nuestra espalda, delante como escudo, sobresaliendo frente a los que nos rodean, corriendo diariamente para convertir la misma en una “Competencia”. Esa competencia usualmente es innata en los humanos, es la que nos hace ser mejores profesionales, la que nos hace madurar e ir avanzando peldaño a peldaño en la escalera de nuestros triunfos. Estamos alineados todos en la misma carrera o perseguimos ideales diferentes? Me preguntaba secando el sudor de mi frente y respirando a todo pulmón el aire del parque mirador con la brisa llena de salitre que provenía del cercano mar. Competimos por tener el cuerpo más atlético, la camisa perfecta o la chaqueta que mejor combine con nuestros ojos y zapatos? Corremos para ganarle a nuestros miedos y disfrazarlos bajo el manto del cinismo y la pantomima? Este maratón de lucha inquebrantable es producto de alcanzar las metas que nos proponemos o estrictamente es parte de un capricho en que dejamos escapar libremente los sueños quitándonos el barro hasta alcanzar la conciencia plena de sentirnos a gusto con quienes somos? Contra quien o quienes competimos? Contra nuestros compañeros de trabajo o contra nuestros fantasmas que no nos dejan ver fuera de las rejas de nuestra prisión?

A pocos metros de mi, una elegante señora de algunos 40 años trotaba con firmeza tratando de llevar el mismo ritmo de sus senos simétricos con estampilla de silicona; ahí estaba una competidora a pocos pasos de mí, compitiendo por tantas cosas del laberinto femenino, quizás por mantener su belleza, su estatus matrimonial sin la intromisión de una chica de 19 o 24 años. O tal vez era su rutina diaria, correr sin importar el elevado número de competencia que existiera a su alrededor. Cuál es el límite en una competitividad ? Descubrir que somos capaces de mantener el equilibrio de nuestro entorno? En esa prisa que nos hace desfilar el siglo como transeúnte peatonal de gran urbe, la seguridad debe imperar siempre; si no eres fuerte, de nada te valdrá competir; si no tienes coraje, terminarás siendo el ultimo en la fila, seguramente necesites un par de “naipes” para jugar una partida de póker. Participamos en la vertiginosa hazaña de “Formula 1” o pasamos a ser parte de esa pirámide humana en donde estrangulamos lo mejor de nuestra existencia cambiando el rumbo apasionado de nuestro sentir? Es cierto que en esa insistente competencia terminamos rivalizando contra nosotros mismos?

No me propuse esperar al ganador de esta acelerada huida, ignoré por un instante los resultados pasados de los miles de competidores de Beijing; disminuí el paso de mi trotar para asentar mi acelerado ritmo cardíaco de respiración excitada, espalda sudada y labios con sabor a sal. Moví mi cuello de un extremo a otro hasta escuchar el sonido peculiar de relajación de mis músculos; ignoré por completo que en mi entorno tenía cientos de competidores con metas a largo plazo o que se hallaban a la velocidad de la luz. En mi mundo real, en ese que no perseguía un ranking; tenía el control de saber que era un buen competidor, un guerrero incansable, un indomable matriculado bajo los cánones de Antoni Bourdain y con fundamentos de Mike Fay, ese que "desde mi libertad" ensayaba la copla silenciosa y triunfal de ser un verdadero “Gladiador”.

9 comentarios:

Pilar Cita dijo...

Yo soy muy competitiva, no me gusta perder, pero tengo un límite clarísimo y es no situarme por encima de mis posibilidades, porque sé que no puedo mantener ese ritmo y lo voy a pasar mal.

Besos atléticos :)

Mariangel dijo...

No me gusta competir.. pero como que es algo natural del Hombre-Animal, el cual no se puede evitar

Saludos Valen!!!!.... DEbería seguir tu ejemplo y hacer un poco de ejercicios jejejej :)

Anónimo dijo...

Valen, nuestra carrera cotidiana nos enfrenta a los miedos, las frustraciones, nuestro propio espejo y según la autoestima de esa mañana, nuestros auto castigos.
también corremos para llegar más rápido al próximo desafío de no aburrirnos.
Me encantó este post por tu habilidad para rescatar la realidad cotidiana y arrancar el corazón de tanta banalidad, de lo superfluo.
Felicitaciones.
Besitos...

Dulciblue dijo...

Feliz cumpleaños!!!!!!!!!!!!!!!! Un besote

Unknown dijo...

Mi mejor competidor es el tipo del espejo ( que me vacila cantidad!)..nada más...hay días que le gano , otros me deja atras..pero es un buen contendiente, hay días que le da por esperarme y entrenar conmigo para despues competir..

Mariangel dijo...

Hola Valentín.,.. entre extrañamente a un blog "Simple" y me enteré que andabas de cumpleaños!!!!..... Pues entonces FELÏZ CUMPLEAÑOS!!!!! Un fuerte abrazo a distancia pero con mucho cariño!!!

Besos!

El Aletz dijo...

Ayy!! tiene mucho que no venía por aquí, no tuve tiempo de leerte con calma mi estimado Vale Vale, pero solo entré pa' avisarte que aquí ando, aquí ando!!!!

Ari dijo...

Feliz Cumpleaños valentin!!! Te envio un caluroso abrazo venezolano Se te aprecia mucho amigo!!

Dulciblue dijo...

Nada fácil.

La vida es una verdadera competencia. El mayor reto de mis días es la carrera contra el tiempo. Trato de ganarle a las horas y minutos, distribuyendo las actividades de la mejor manera.

Creo que la competencia es parte de mi. Hay veces en la que es un poco mas pronunciada,otras mas sutil y solo yo me doy cuenta de esa competencia interna.


Un besote

Pd: Tal vez pueda llegar un fuerte abrazo desde la distancia hacia vos!

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