Esta madrugada tuve pesadillas, desperté cerca de las 4 a.m. me levanté, di un par de vueltas en casa, disparaté un poco y traté de poner mis ideas en orden antes de irme a la cama de nuevo. Era tan extraño, tenía meses sin tener sueños inusuales, esta vez no había soñado con monstruos o fantasmas como me pasaba constantemente en mi niñez. Me senté un rato en mi sofá tratando de analizar mi fantasía de ojos cerrados. Fue justo en ese momento cuando comprendí la realidad que golpeaba mi subconsciente sin consulta gratuita de Sigmund Freud; me preguntaba si había un lugar donde fueran a parar los sentimientos esparcidos por y sobre nosotros, los mismos que se esfumaban, los mismos que alguna vez nos hacían transitar como sonámbulos perdidos por la calle incierta del comportamiento mendaz de personas con rostros y frivolidad, donde paraban? Se desvanecían como la ola del mar que devoraba un castillo de arena cerca de la playa? Seguro que no había un lugar en donde acostumbramos a guardar algunas cosas, recuerdos hermosos, poemas y canciones más allá de nuestra mente? … acaso no hay para esto un espacio en donde todo sea depositado para no olvidarlo por completo? Si, lo había “ El Garaje” un lugar en donde absolutamente todo se empacaba, un espacio que fuera de Rock and roll o carros viejos apiñados, nos hacía ir y venir asiduamente a este sótano de frías paredes.
Dentro de esa "Complejidad Humana" que nos arropa a todos, es justo el atropello a segundos por logar nuestro ideal? Parece que dentro de esa competencia no hay límite para nuestra maldad; dejándonos un agrio sabor en nuestros labios y un corazon con tantos parches que difícilmente se restaure. La vida parece un ring en donde hay que luchar para sobrevivir, para respirar por encima de nuestra esencia “acaso nos quiere dejar dicho algo Homero” con su Odisea, donde sangre, dolor, muerte, caos y destrucción desolaron Grecia? O nos tendremos que remontar al paraíso para cuestionar la tentación de “Adán & Eva? … con mis metáforas, no juzgo la condición femenina, entiendo bien que la malignidad está presente en los hombres sin importar el sexo. De nuevo recordé los rostros de amigos (as) que habían borrado momentáneamente sus sonrisas por “demonios disfrazados de ángeles”, los mismos que valen pocas o ningunas monedas porque su descaro está por encima de los “harapos” que cubren su piel.
Supe entonces que muchos bajan al sótano de su inframundo para destapar el peor sentimiento que se puede sentir por alguien: “lastima”, la misma que lleva al extremo más negro de la vida, ahí donde convergen todos los colores de la gama inmensa con que vemos a los demás, es un sentimiento que divorciado del odio o el rencor permite perdonar y en un momento comprender que Dios pone muchas personas en tu camino para que sean mucho más que ángeles en tu vida, los mismos que sin importar donde vayas estarán contigo en los momentos alegres y en el infortunio también. A otros sólo los pone como “mensajeros” con misión de días limitados a tu lado. De los últimos aprendes a fuerza de lágrimas levantar los pies, a veces logras entender una postura o situación con el paso de los años y la más dolorosa, arrastrando una estela de vulnerabilidad donde dejamos de creer en los demás, en el amor, perdemos la fe y nos cubrimos el rostro ante una sonrisa sin oportunidad de sacar un milagro de ese sombrero que contiene preguntas sin respuestas, como ese camino que debes andar y al mirarlo te das cuenta que es más extenso que las fuerzas para seguir caminando.
Tras mi meditación de 15 minutos, supe que la verdadera pesadilla la había tenido despierto pensando en mi sueño, cuestionando razones inciertas, volviéndome en hombre de metal de otra galaxia, cambiando mi norte, envolviendo mi presente como periódico de ayer. Volví a la cama con la convicción de que juzgar era una insensatez, comprobé hilando sucesos de que es cierta la frase que cita “Una Gota de maldad contamina el universo” No pregunten por qué la gente enloquece, pregunten por qué no lo hace...
Dentro de esa "Complejidad Humana" que nos arropa a todos, es justo el atropello a segundos por logar nuestro ideal? Parece que dentro de esa competencia no hay límite para nuestra maldad; dejándonos un agrio sabor en nuestros labios y un corazon con tantos parches que difícilmente se restaure. La vida parece un ring en donde hay que luchar para sobrevivir, para respirar por encima de nuestra esencia “acaso nos quiere dejar dicho algo Homero” con su Odisea, donde sangre, dolor, muerte, caos y destrucción desolaron Grecia? O nos tendremos que remontar al paraíso para cuestionar la tentación de “Adán & Eva? … con mis metáforas, no juzgo la condición femenina, entiendo bien que la malignidad está presente en los hombres sin importar el sexo. De nuevo recordé los rostros de amigos (as) que habían borrado momentáneamente sus sonrisas por “demonios disfrazados de ángeles”, los mismos que valen pocas o ningunas monedas porque su descaro está por encima de los “harapos” que cubren su piel.
Supe entonces que muchos bajan al sótano de su inframundo para destapar el peor sentimiento que se puede sentir por alguien: “lastima”, la misma que lleva al extremo más negro de la vida, ahí donde convergen todos los colores de la gama inmensa con que vemos a los demás, es un sentimiento que divorciado del odio o el rencor permite perdonar y en un momento comprender que Dios pone muchas personas en tu camino para que sean mucho más que ángeles en tu vida, los mismos que sin importar donde vayas estarán contigo en los momentos alegres y en el infortunio también. A otros sólo los pone como “mensajeros” con misión de días limitados a tu lado. De los últimos aprendes a fuerza de lágrimas levantar los pies, a veces logras entender una postura o situación con el paso de los años y la más dolorosa, arrastrando una estela de vulnerabilidad donde dejamos de creer en los demás, en el amor, perdemos la fe y nos cubrimos el rostro ante una sonrisa sin oportunidad de sacar un milagro de ese sombrero que contiene preguntas sin respuestas, como ese camino que debes andar y al mirarlo te das cuenta que es más extenso que las fuerzas para seguir caminando.
Tras mi meditación de 15 minutos, supe que la verdadera pesadilla la había tenido despierto pensando en mi sueño, cuestionando razones inciertas, volviéndome en hombre de metal de otra galaxia, cambiando mi norte, envolviendo mi presente como periódico de ayer. Volví a la cama con la convicción de que juzgar era una insensatez, comprobé hilando sucesos de que es cierta la frase que cita “Una Gota de maldad contamina el universo” No pregunten por qué la gente enloquece, pregunten por qué no lo hace...
4 comentarios:
excelente post, como siempre.
gracias por siempre darte tus vueltas
por mi blog.
Que complejo es el ser humano, y nuestros sueños a veces se tornan feas pesadillas y el ser humano con esa tendencia al mal inunda la tierra de dolor y angustia como esa gota de maldad que contamina todo el universo.
Pero hay ángeles entre mostros yo en lo personal No creo que todo este perdido.
Saludos
Querido niño
te leo, te sigo y agradezco tus animos.
mils de petons per tu, sempre.
Sabes, a eso que le llamas garaje yo le llamo corazón. Es ahi donde particularmente trato de guardar, solo lo bueno de las personas, lo malo, se olvida, si lo guardace, se perderia lo bueno que siento por ti.
y Si es una lucha, lo bueno es que aprendi que en la vida todas las batallas sirven para enseñarnos algo, incluso aquellas que perdemos.
un beso grande.
Siempre hay un angel, siempre habrá. encuentralo.
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