Uno de mis sobrinos tuvo un altercado en el colegio donde todo mundo terminó crucificándole. Por todos lados estaban los dedos acusadores y las palabras que restregaban en la cara lo mal que obró. Quise mostrarme imparcial. Con la visita de uno de mis familiares a mi casa, traté de saber un poco la historia y escuchar el recado que había enviado para mí expresándome su vergüenza por lo ocurrido. Al día siguiente, antes de ir al trabajo fui y compré un regalo para mi sobrino y se lo envié, sin nota, sin tarjeta y con una linda envoltura. Yo creía en él, sabía que tras la verdad de algunos adultos y la imponencia de las palabras de los que presumen tener poder, estaba su argumento; su historia, la versión que nadie se detenía a escuchar por ser un niño con pasos a la adolescencia.
Los adultos al igual que los niños respondemos a temores y cuando la motivación no está presente en cada cosa que hacemos, no debemos esperar buenos resultados. Soy bueno escuchando, “jamás” me quedo con una sola versión en una historia aunque debo admitir que cuando creo en algo, en alguien lo hago hasta el final, hasta la muerte a menos que el hilo delgado de la confianza sea roto vilmente, donde es difícil volverlo a unir y si ocurre, queda la secuela de la duda. Cada persona cosecha lo que siembra, cada niño es una semilla que crece como lo hace un árbol, si la tierra es fértil, éste crecerá fuerte, alto, robusto … si la tierra es arenosa, llena de piedras, ha de esperarse que crezca debilucho y vulnerable a los vientos. Pensaba en lo cruel que somos con los pequeños; los padres dejan de creer en sus hijos y luego le exigen confianza, paradójico no?
Admito que tengo un carácter fuerte, a veces abrasivo con las personas malvadas sin importar su estatus o cercanía a mi vida; la verdad es una sola y siempre sale a flote. Días más tarde todo se aclararía y mi sobrino llevaría una banda con insignia titulada “INOCENTE” … pero, quien repone su credibilidad? … todo se olvida por ser simplemente un niño? Acaso olvidamos que fuimos pequeños y atravesamos todo el proceso de crecimiento o algunas personas crecerían con la crueldad adulta desde su nacimiento en el corazón? … Difícilmente mis “instintos” me traicionan. Sabía que cuando mi sobrino destapara el obsequio comprendería que estaba de su lado, que confiaba en él … Ja! Y luego la gente se queja cuando denotan favoritismo. Qué pasa estos días con el apoyo moral de las personas? O … es más fácil creer a medias? Yo NO podría!!!
2 comentarios:
Me ha encantado tu entrada, yo al igual que tu no me gusta quedarme solo con una de las versiones y menos si se trata de niños, hay que aprender a escuchar...
Si me lo permites te seguire visitando.
Un beso.
Es verdad que sembramos, en mi caso me olvide de reocger lo sembrado...
tengo fe en la gente, aun que he visto la maldad de ellos muy de cerca, la he vivido la sigo viviendo.
muy buen post
como todos los tuyos
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