Si ella hubiera vivido en Pisa, seguramente todos los edificios estuvieran inclinados para deleitarse con su asombroso cuerpo al despertar y caminar desnuda por su penthouse después del medio día. Si Venus llegara a verle, maldijera su hermosura por superar la desnudez más exquisita que ojos humanos puedan contemplar. Su negra cabellera danza al compás de sus pasos sin prisa alguna, mientras estira sus brazos y levanta su torrente natural como ley gravitacional obligatoria.
Seguramente el reloj ni ella recuerdan la hora en que Morfeo tocó su cama, pero lo que no olvida es la cantidad de kilates del suculento postre de su noche desbordada y la osadía de quitarle todas las perlas a “Mallorca”. Sólo ella conocía las 1754 reglas para seducir con arte y el plus de “como cazar un millonario”. No necesitaba mucho para atraer miradas, con tan únicamente guiñar su ojo izquierdo o mordisquear el dedo índice de su mano derecha ponían nervioso los pasos de políticos y magnates con licencia para viajar al cielo.
Era una experta en cacería, pero jamás miraba con lujuria los parientes, esposos o amigos de los suyos, su cuerpo lo cuidaba con más ahínco que Cleopatra, pero a diferencia de esta ordinaria y pitonisa egipcia, ella era hermosa, espléndidamente hermosa. Conocedora de todo tipo de placeres y desenfrenos en la cama, nadie hacía un “striptise” con más sensualidad que ella y el bálsamo de su cuerpo la combinación perfecta para un perfume de casa francesa.
Y así, sin más pesar, se cansó de trasnochar sus labios bebiendo sorbo a sorbo lo mejor de “Moet” y tras hacer algunas transaciones cobrándole intereses a su mejor postor, aseguró la placidez de sus días a sus cortos 32 años con “la gran estafa” de 17 milloncitos de dólares para seguir contorneando su exquisita silueta bajo el pincel del bisturí.
Seguramente el reloj ni ella recuerdan la hora en que Morfeo tocó su cama, pero lo que no olvida es la cantidad de kilates del suculento postre de su noche desbordada y la osadía de quitarle todas las perlas a “Mallorca”. Sólo ella conocía las 1754 reglas para seducir con arte y el plus de “como cazar un millonario”. No necesitaba mucho para atraer miradas, con tan únicamente guiñar su ojo izquierdo o mordisquear el dedo índice de su mano derecha ponían nervioso los pasos de políticos y magnates con licencia para viajar al cielo.
Era una experta en cacería, pero jamás miraba con lujuria los parientes, esposos o amigos de los suyos, su cuerpo lo cuidaba con más ahínco que Cleopatra, pero a diferencia de esta ordinaria y pitonisa egipcia, ella era hermosa, espléndidamente hermosa. Conocedora de todo tipo de placeres y desenfrenos en la cama, nadie hacía un “striptise” con más sensualidad que ella y el bálsamo de su cuerpo la combinación perfecta para un perfume de casa francesa.
Y así, sin más pesar, se cansó de trasnochar sus labios bebiendo sorbo a sorbo lo mejor de “Moet” y tras hacer algunas transaciones cobrándole intereses a su mejor postor, aseguró la placidez de sus días a sus cortos 32 años con “la gran estafa” de 17 milloncitos de dólares para seguir contorneando su exquisita silueta bajo el pincel del bisturí.
4 comentarios:
tengo que decirte, que.... E´to ta muy pornográafico, pero y que e´jeto?
Bueno ser ramera de élites no todas pueden ser, muchas quieren pero pocas pueden. A veces la belleza es como una maldición y si no hace dinero pronto, los años le caerán encima, y la belleza pasa y como dice la canción hasta la belleza cansa.
Pero es deliciosa la buena vida y los placeres que nuestro cuerpo no da, ¿no crees?
Möet hum delicioso.
Saludos
Debiste decir, "Ramera con estilo" xD
Saludos Valentín :D Quedó bien, efímero pero bien :D
ESA TUVO BUENA VALEN MEGA DIVA
PROSTITUTA CON TALENTO JAJAJAJJA
ESA ES LA PURA REALIDAD
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