Desde cuando nos volvimos desalmados? Nos ganó la amargura interna y vemos la vida irreverentemente? La competencia en la que a diario corro con pasos acelerados no es la de tener ropa de moda, el último modelo de celular o la PC con la más alta tecnología; mi filosofía de vida es el cambio constante en el que mis acciones me conviertan en un individuo sin ningún resentimiento o complicación existencial de mi entorno y de quienes me rodean.
No es un mito que las personas “agrias, amargadas, cuadradas extremadamente y renuentes a los cambios” son quienes andan en la vida con un rifle apuntando a los demás con las “cosas que a ellos le molestan” sin importar que estén bien hechas. Uno de mis superiores en un empleo anterior, sacó de su cartera de clientes a una persona por el simple hecho de haberle enviado una comunicación con una “falta ortográfica” … Increíble verdad? A quien se le ocurriría actuar de semejante manera, a quien? A una persona con los calificativos míseros que he mencionado anteriormente. Cuando releí la misiva, me percaté que no era una falta ortográfica, se trataba de un error mecanográfico. Desde ese momento no me cupo la menor duda de que en la vida hay gente tan aborrecible que jamás se sientan a medir sus actos, su intolerancia y su mediocridad.
Las personas que juzgan siempre a los demás arrastran tantos demonios internos y tras su espalda, que las ocultan buscando perfecciones y censurando a todo el mundo. La pasada semana una de mis compañeras hizo la ilustración para uno de los artículos; un fondo rojo chino con una silueta a corde con el tema. Cuando me lo mostró para mi aprobación, lo observé detenidamente, y le dije: “Me encanta” está perfecto! … Ella respiró profundamente comentando: WOW! Pensé que no te gustaría, porque detestas el color rojo. Reí sin sarcasmo y volví a felicitarla por su gran labor. En ningún momento dejé de ser racional, el hecho que el color rojo me desagrade, NO tiene que predisponerme ante un trabajo realizado con criterio y profesionalidad
Entiendo que las personas malvadas están atentas a un error mecanográfico, a un cabello que sobresalga de tu peinado o hasta esa hilacha blanca en tu ropa negra. Por Dios, la vida no es un conjunto de reglas en las que debemos creer que lo sabemos todo. De unos años acá, le he dado la bienvenida a la tolerancia y si algo me molesta y entiendo que no tengo cabida en expresar mi punto de vista, lo ignoro. A ver: a quien se le ocurriría pensar que los tres signos de admiración o exclamación que uso al final de mis escritos en mi blog son sinónimo de irritación, a quien? (a un loco, sicópata, irreverente, fastidioso y mal educado) Quienes me conocen o han podido escuchar mi tono de voz, sabrán que hablo despacio, pausado, calmado y no soy para nada irritante, quizás demasiado jocoso, bromista y con un buen sentido del humor siempre (incluso, cuando estoy enojado al extremo, hablo tan bajo que casi susurro)
No me gusta citar frases ajenas, prefiero inventar las mías, pero nunca había estado más de acuerdo con Benito Juárez como hasta ahora: “El respeto al derecho ajeno, es la paz” he dicho!!!
No es un mito que las personas “agrias, amargadas, cuadradas extremadamente y renuentes a los cambios” son quienes andan en la vida con un rifle apuntando a los demás con las “cosas que a ellos le molestan” sin importar que estén bien hechas. Uno de mis superiores en un empleo anterior, sacó de su cartera de clientes a una persona por el simple hecho de haberle enviado una comunicación con una “falta ortográfica” … Increíble verdad? A quien se le ocurriría actuar de semejante manera, a quien? A una persona con los calificativos míseros que he mencionado anteriormente. Cuando releí la misiva, me percaté que no era una falta ortográfica, se trataba de un error mecanográfico. Desde ese momento no me cupo la menor duda de que en la vida hay gente tan aborrecible que jamás se sientan a medir sus actos, su intolerancia y su mediocridad.
Las personas que juzgan siempre a los demás arrastran tantos demonios internos y tras su espalda, que las ocultan buscando perfecciones y censurando a todo el mundo. La pasada semana una de mis compañeras hizo la ilustración para uno de los artículos; un fondo rojo chino con una silueta a corde con el tema. Cuando me lo mostró para mi aprobación, lo observé detenidamente, y le dije: “Me encanta” está perfecto! … Ella respiró profundamente comentando: WOW! Pensé que no te gustaría, porque detestas el color rojo. Reí sin sarcasmo y volví a felicitarla por su gran labor. En ningún momento dejé de ser racional, el hecho que el color rojo me desagrade, NO tiene que predisponerme ante un trabajo realizado con criterio y profesionalidad
Entiendo que las personas malvadas están atentas a un error mecanográfico, a un cabello que sobresalga de tu peinado o hasta esa hilacha blanca en tu ropa negra. Por Dios, la vida no es un conjunto de reglas en las que debemos creer que lo sabemos todo. De unos años acá, le he dado la bienvenida a la tolerancia y si algo me molesta y entiendo que no tengo cabida en expresar mi punto de vista, lo ignoro. A ver: a quien se le ocurriría pensar que los tres signos de admiración o exclamación que uso al final de mis escritos en mi blog son sinónimo de irritación, a quien? (a un loco, sicópata, irreverente, fastidioso y mal educado) Quienes me conocen o han podido escuchar mi tono de voz, sabrán que hablo despacio, pausado, calmado y no soy para nada irritante, quizás demasiado jocoso, bromista y con un buen sentido del humor siempre (incluso, cuando estoy enojado al extremo, hablo tan bajo que casi susurro)
No me gusta citar frases ajenas, prefiero inventar las mías, pero nunca había estado más de acuerdo con Benito Juárez como hasta ahora: “El respeto al derecho ajeno, es la paz” he dicho!!!
5 comentarios:
Querido Valentín
hermoso escrito, lleno de pasión por la armonía.
Cuanta sencillez en la forma de describirlo y que bello queda dicho por vos.
Besos
Lo curioso de todo esto es que no hacemos mas que lo que somos , si un error pequeño nos molesta a tal nivel , no es mas que de algún modo nuestro nivel de imperfección es tan alto que una pequeñez puede hacer caer nuestra mascara de perfección..o de maldad según sea el caso….
vaya¡¡ me gusta como piensas y estoy decierdo contigo y eso de que despiden a alguien por una falta ortografica¡¡¡ Dios nos coja confesados.. creo que ni Dios nos trataria asi por algo tan insignificante, nose que se cree el ser humano para hacerse superior, pero bueno, " vive y deja vivir cierto"...
es mi primera visita a tu blog , me gustaria que me visites un gusto , te agrego ..
salu2...
Viva la libertad de expresión en la comunicación y en la forma de ser. No voy de acuerdo con tantas reglas. De hecho las personas muy metodicas y perfeccionistas me auyentan.
Un besote!
Te quiero mucho!
Completamente de acuerdo con tu articulo, siempre es grato e interesante leerte, besitos.
Ana
**Las personas que juzgan siempre a los demás arrastran tantos demonios internos y tras su espalda, que las ocultan buscando perfecciones y censurando a todo el mundo.
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