Titeres @ Marionetas !!!

Cuando mi amigo Joseph decidió romper el cascarón que protegía su entorno familiar, independizarse y vivir fuera de casa, a su madre casi le da un síncope. Constantemente me decía que deseaba ser libre, sin sentir tanta protección, vivir solo y regresar a su casa a la hora que se le antojara. Yo entendía que no estaba mal su decisión, pero sabía que él no estaba preparado para subsistir más de 3 meses fuera de su entorno. Su padre refutó a raja tabla la decisión, pero las ganas de salir de esa prisión con lujo, 300 canales de película, caprichos y desayunos de media mañana eran innegociables ante el deseo de extender el vuelo.

No lo pensó dos veces y echó ganas a su pretensión. Al principio todo parecía perfecto. Fiestas en su apartamento todos los fines de semana, citas con las chicas del calendario universitario y encuentro con amigos que igual que este, apenas entraban al sendero de los 20`s. Lo miraba alardear de su felicidad pasajera comprendiendo que duraría su magia lo mismo que fragancia de perfume barato. Acaso la libertad no es un regalo celestial? Qué tanto se puede luchar para ser libres como deseamos? Nos acostumbramos a ser mimados todo el tiempo? Hasta que punto? Desde cuando los hijos son títeres que los padres manipulan a su antojo? Me preguntaba todo esto mientras observaba a mi amigo no tan animado dos meses después. Su apartamento parecía morada de hippie.

Eran culpables los padres de mi amigo por mal criarlo o él por permitir que le acomodaran tanto la vida? … Se nace siendo independiente. Estamos en la era que no tolera dependencia afectiva entre padres con la revolución y los riesgos que asumimos a más temprana edad. Si antes salíamos de la preparatoria a los 16 años, los de esta década están saliendo a los 14 años. Parece que cada día la adultez llega encontrándonos con menos años en el calendario y más responsabilidades al salir de nuestro nido.

Admito que no le tengo miedo a los retos, a los cambios. Entiendo que somos responsables de nuestras obras y de nuestro destino cuando decidimos madurar y abandonar el afán disparatoso que nos carcome diariamente. Nunca dejé que mis padres decidieran cosas importantes en mi vida (aparte de que nunca mostraron indicios de hacerlo, al menos no conmigo) … Entiendo que son bienvenidas las sugerencia de los padres ante decisiones que a sus hijos puedan afectarle en un futuro; pero de ahí a que elijan la carrera universitaria que estudiarás, es inaceptable. El factor confianza e independencia van de la mano para que ambos puedan desvincular los lazos de un cariño que al final obstaculice el crecimiento emocional y los traumas de aceptar la realidad de una vida que hay fuera al salir de casa y mezclarnos con la muchedumbre que madruga a trabajar.

Hace algunos días me encontré a Joseph, desmotivado, barbudo, con sus apuntes casi arrastrando de su inconformidad. Había regresado a la casa de sus padres al ritual de su habitación color azul cielo con grandes ventanales. Antes de despedirnos con ese típico saludo en que chocamos las manos a puño cerrado, me dijo: “Loco, dime al menos cuál es la técnica para romper el cascarón y hacer lo que se me antoje sin que mis padres me controlen o decidan por mí, te juro que no lo soporto”. Lo miré y sin mucho rodeo le dije: la verdad está dentro de ti. Cuando decidas romper los hilos que te sujetan como marioneta, ya estarás preparado; hasta que ese momento llegue, no te esfuerces. Me miró con cara de asombro, asentó con la cabeza comprendiendo mi mensaje. Quizás necesitaba en estos momentos una tijera para cortar los hilos que sujetaban las decisiones de una persona adulta; más tendría que esperar a que su amo se cansara de moverlo como títere antojadizo del precio que por ser tan permisivo, pagaba ante la vida.