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lunes, 20 de julio de 2009

"A veces, nada es lo que parece" ...


El olor a sangre invadía el entorno, algunas gotas caían al piso rustico. La victima colgaba despedazada en cuatro garfios oxidados. Algunos de sus músculos se movían involuntariamente, retorcidos. Un olor salado emanaba de su carne apática, caliente, tibia. El asesino sostenía un ancho cuchillo, a su lado varias herramientas cortantes y en frente, una mujer y un niño que miraba con ojos despavoridos el cuarto estrecho, de paredes gruesas, en una meseta estaba la cabeza cercenada con los ojos vidriosos, la boca semi abierta, destilando sangre y algunas moscas volaban haciendo zumbido con sus azules alas. El verdugo levantó el ancho cuchillo dejando al descubierto sus grotescas manos ensangrentadas parcialmente, sus dedos mugrientos se aferraron al artefacto cortante produciendo un sonido peculiar al cortar la cabeza en dos partes iguales; sus sesos volaron por todas partes, incluso en la cara de aquel hombre de apariencia ordinaria, sin sonrisa, con un cigarro a medio encender. El niño dejó escapar un quejido que se perdía en sus entrañas, cubriéndose la cara; su madre lo atrajo hacia si, protegiéndolo, queriendo calmar el horror que presenciaban sus pupilas. Afuera algunos perros se disputaban el banquete de huesos y esperaban algunas piltrafas. Eran los primeros en la contienda; el sudor invadía el esternón de la mujer enmudecida, insegura, paralizada, sin dar un paso al frente o correr. El matador seguía su ritual, pasaba un afilador por uno de sus cuchillos mientras silbaba indiferente, sin decir palabra alguna… colgaba en otro gancho las vísceras con una mano, sin esfuerzo; un hilo de sangre mojó el hombro de su camisa gris plomo. El, sin atrevimiento alguno, tomó un par de periódicos y limpió su brazo… la respiración agitada de la señora se dejó escuchar, el sanguinario pasó su mano derecha mugrosa por sus ojos azabaches, apartó su cigarro moribundo de su torcida boca; suspiró decidido y escupió los residuos del amargo tabaco que ennegrecía su dentadura … Agarró el cuchillo de ancho cabo otra vez, ahora si había terminado el ritual de su victima, miró a la señora con sus fríos ojos y sin apuros le dijo: De que parte quiere su carne señora?

11 comentarios:

luna*azul dijo...

Te odio :p. mentira, tu sabes que no se hacer eso. NECIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

VALENTIN dijo...

jajajajajaja .... tan linda que eres! jajajaja, no todos pueden amarme!
Sabias cuanto te adoro???? :P

Anónimo dijo...

una gran historia, me parece mas una descripción de la sociedad, muy agradable de leer a pesar de la crudeza.
un abrazo^^

VALENTIN dijo...

Gracias Leonard, ahora entiendo tu gran proeza e inteligencia a tan corta edad; gracias por no anteponer prejuicio y leerme más allá de unas simples palabras ensangrentadas para muchos ...
:) un abrazo!!!

Keseyoke dijo...

No no no no.....este tipo es una vaina....jeje..Valentín cuando hagan la próxima Jaw, o Saw (keseyo, no m gustan las pelis d terror anyways) el asunto es q tu vas a tener parte del guión....Si la gente q hicieron Andrea te hubiesen conocido, otra fuera la historia.

Mira yo te hacía más serio a tí...(hacía;conjugación del verbo CHARLATANAZO)

jejeje na mi pana buen post.Buen Post.

Sheila dijo...

Literalmente MORTAL!!

Feliz Lunes!!

saqysay dijo...

Excelente como siempre, muy real por cierto. Al leer esto me hace pensar(raro en mi) que la mente de las personas, es increíble...

Besitos, yo también te adoro!!

Kenso dijo...

Cuando empece a leer me dije:"Se volvio loco valentin? y entonces empece a sorprenderme de manera nunca vista jejje.Al fina, quede fustrado porque la idea de que eras un sicopata camuflajeado de poeta se vino al piso. Saludos

Toyita dijo...

jajajajaja que bobito...qué tal todo por aquí... novedades en mi ausencia? besitos

Anónimo dijo...

Y nadie escucho, que un corazón acallo su ser, la costumbre al silencio sonoro, ya es normal, para unos ojos ciegos y seres que suelen esperar el tranvía, esperando encontrarse ahí de verdad...
La señora volvio a mirar y ante tal escena sólo sonrió un poco, unas gotas habían caído en sus zapatillas, el olor de su perfume era absorbido por la sal de tal imagen funesta y real.
Un pequeño frente a la verdad, las cabezas son cortadas y caen como manzanas ya maduradas....
Y mi cuerpo sigue esperando bailar contigo esa canción que dejamos sobre la pared...
Saludos...
Violeta.

Junior Cid dijo...

Respuesta de la señona: eeehh, no señor recordé que salí a comprar verduras.

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