Alguna vez me preguntaba que plasmaba “él” en sus dobleces de papel arrugado, semiblanco, apiñados como sus recuerdos perdidos en las calles con vestigios de guerra, estruendo de libertad, pólvora y la esquina donde convergen algunas noches putas, turistas, ladrones y “contables cansados” regresando sus pasos por la calzada de mosaicos con olor de antaños, telarañas y café recién tostado.
Me senté en el centro del banco de madera solitario donde el artista del carboncillo perdía su vista frívola en el foco principal de su obra de arte, recuerdos que sólo él conoce y prefirió ignorar todo, para ser dueño absoluto de su mundo donde probablemente el ruido excesivo, la vanidad, el costo de la vida y los impuestos, no afectaran sus neuronas extasiadas en su nirvana. Su rostro es el mismo, su cara es la misma que desde hace 10 años, contemplaba en mi comienzo adolescente saliendo de la universidad a mi trabajo, caminando por la misma calzada, con vendedores, transeúntes y personajes retratados en una misma vía. Hoy, quise ser aprendiz y conocer las proezas de su lápiz indecoroso, sin hacer preguntas, sin temor a su barba de pirata o su camisa azul plomizo que extendía con su acuarela los tonos grises del cielo anunciando una lluvia prolongada.
La mirada pendenciera de mis ojos café, recorrieron cada trazo descubriendo la pintura a medio plasmar, delineaba con una precisión única, con la firmeza de un pulso sin respiración; el blanco y negro de su carboncillo revelaban la hermosa silueta de una joven mujer encerrada en un corazón que se perdía difuminado con tonos olvidados, resquebrados, tristes y sin firmeza. La joven hacía alarde con su cabellera mecida al viento, de perfil y al frente un jarrón de flores tímidas sin opacar el retrato de hombros desnudos… retrocedí mi pensamiento, consiguiendo varios dejá vú sin ser yo el protagonista, más si la mirada detectivesca en movimiento apresurado como su pulso y pincel con trazos de carbón, inmortalizando rostros con expresiones genuinas de algunos enamorados, pagando pocas dádivas, a este “loco” artista.
Volví mi pensamiento incorporándome del banco desolado, sin preguntar su nombre, mirando como seguía en su mundo al que el escudriño de mi realidad no podía viajar, un mundo fantasioso, un mundo sin maldad aparente o donde Morfeo devolvía la promesa de su amor platónico. "Unas monedas?" Le escuché decir con un léxico perfecto, mientras levantaba su mirada hacia mí, calmada, en paz… Introduje las manos en mis bolsillos para compensar la corta estadía de invadir su privacidad, caminé sin voltear, regalándole una canción que seguramente sería perfecta para ilustrar con acordes y corcheas, la placidez de sus noches en que recostaba su cabeza bajo un cartón cualquiera en la calle, abrazando la mujer de sus sueños que robó su cordura y le otorgó recuerdos imborrables para plasmarlos en el marco perfecto de papiros en blanco y negro.
Me senté en el centro del banco de madera solitario donde el artista del carboncillo perdía su vista frívola en el foco principal de su obra de arte, recuerdos que sólo él conoce y prefirió ignorar todo, para ser dueño absoluto de su mundo donde probablemente el ruido excesivo, la vanidad, el costo de la vida y los impuestos, no afectaran sus neuronas extasiadas en su nirvana. Su rostro es el mismo, su cara es la misma que desde hace 10 años, contemplaba en mi comienzo adolescente saliendo de la universidad a mi trabajo, caminando por la misma calzada, con vendedores, transeúntes y personajes retratados en una misma vía. Hoy, quise ser aprendiz y conocer las proezas de su lápiz indecoroso, sin hacer preguntas, sin temor a su barba de pirata o su camisa azul plomizo que extendía con su acuarela los tonos grises del cielo anunciando una lluvia prolongada.
La mirada pendenciera de mis ojos café, recorrieron cada trazo descubriendo la pintura a medio plasmar, delineaba con una precisión única, con la firmeza de un pulso sin respiración; el blanco y negro de su carboncillo revelaban la hermosa silueta de una joven mujer encerrada en un corazón que se perdía difuminado con tonos olvidados, resquebrados, tristes y sin firmeza. La joven hacía alarde con su cabellera mecida al viento, de perfil y al frente un jarrón de flores tímidas sin opacar el retrato de hombros desnudos… retrocedí mi pensamiento, consiguiendo varios dejá vú sin ser yo el protagonista, más si la mirada detectivesca en movimiento apresurado como su pulso y pincel con trazos de carbón, inmortalizando rostros con expresiones genuinas de algunos enamorados, pagando pocas dádivas, a este “loco” artista.
Volví mi pensamiento incorporándome del banco desolado, sin preguntar su nombre, mirando como seguía en su mundo al que el escudriño de mi realidad no podía viajar, un mundo fantasioso, un mundo sin maldad aparente o donde Morfeo devolvía la promesa de su amor platónico. "Unas monedas?" Le escuché decir con un léxico perfecto, mientras levantaba su mirada hacia mí, calmada, en paz… Introduje las manos en mis bolsillos para compensar la corta estadía de invadir su privacidad, caminé sin voltear, regalándole una canción que seguramente sería perfecta para ilustrar con acordes y corcheas, la placidez de sus noches en que recostaba su cabeza bajo un cartón cualquiera en la calle, abrazando la mujer de sus sueños que robó su cordura y le otorgó recuerdos imborrables para plasmarlos en el marco perfecto de papiros en blanco y negro.
7 comentarios:
lo puedo afirmar porque yo estuve hay ese es todo un artista sin apoyo y lo mejor que el tiene es que no se mete con nadie. muy bien compa
la descripcion es muy linda, un abrazo.^^
creare un link mas grande en mi blog hacia el tuyo, espero y no te moleste.^^
Los locos tambien piensan. (Slogan de una pelicula criolla)
Hola!!
Estoy interesado en que me inviten a bodas, bautizoos o comuniones. A cambio regalo las fotos que haga. También a lunas de miel o celebraciones más privadas. Si sabéis de algo ya me lo contarás.
Saludos!
osea julai que tu eres complice de esas salidas? jum, tan caliente.
muy chula descripcion, fui tejiendo cada palabra haciendo el relato en mi mente, hasta me figuré el retrato en mi mente.
y sip, los locos tambien piensan. bien dicho keseyoke.
Muy guapo tu post, y los locos ven cosas que los cuerdos no ven.
Gracias por pasarte por mi blog
me has dejado sorprendida con la magnifica descripcion que le das a este ser tan valioso e importante...aunque otros quizas le ignoren, es bueno saber que hay alguien por ahi que le presta la atencion y dedicacion que este artista se merece.
No lo conozco en persona, pero lo he visto varias veces en un canal de television dominicana...siempre tuve la curiosidad, el interes de saber algo acerca de el.
GRACIAS POR DEJARMELO SABER!!.
Ely.
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