Por qué a muchas personas les cuesta tanto callar? Por qué no se dan cuenta que "el sonido del silencio" es una de las virtudes más elocuentes que un ser humano puede disfrutar momentáneamente. Ayer almorcé vertiginosamente en tan sólo 25 minutos porque el ruido excesivo del entorno me hacía casi sangrar los oídos. Bromeaba hace algunos días con mi estimado amigo “DE” manifestándole que Dios sabe como hace todo y si nos otorgara a los humanos una varita mágica para tener control de la situación del entorno que nos rodea, al menos yo no pensaría dos veces en hacer que el ruido excesivo y fuera de mis decibeles, desapareciera; entonces: el mundo sería más romántico (mirándolo desde una perspectiva sin caos) SI, porque todos nos susurraríamos las cosas al oído. Sería un poco más drástico con quienes tocan bocinas en la calle de sus vehículos o quienes ponen música con un volumen tan alto que casi vibras o al frutero y vendedores ambulantes que despiertan los fines de semana a quienes quieren descansar en sus hogares, también a los vecinos de barrios imprudentes, zona oriental, y barrios underground que osan despertar a los suyos con una música desafinada; todos ellos recibirían un choque eléctrico cada vez que hicieran de las suyas, entonces: los vecinos se llevarían mejor y los vendedores ambulantes sufrirían menos de amigdalitis y dolores de garganta. Hablando un poco más en serio y sin quitarle propiedad a lo pronunciado, para mi lo más imperdonable es que alguien toque bocina en plena calle o crea que todas las personas que están a su alrededor, son sordas.
Creo que casi todas las capitales de América tienen una gran contaminación auditiva y en verdad, parte del estrés cotidiano que se adhiere a nuestra espalda, a nuestro ritmo de vida, es producto de un sistema o sociedad a la cual nos rehusamos formar parte de esa muchedumbre; a mi me incomoda cuando me dicen que hablo despacio, muy bajo o cuando me preguntan constantemente de que país soy, pero igual no creo que todos los dominicanos hablen voceando o en alta frecuencia… o si? Hay ocasiones en que deseamos involucrarnos con el bullicio, pero vamos donde está el alto volumen, simplemente un día deseamos un poco de diversión, ir a una fiesta y escuchar música electrónica, etc, más se vuelve tedioso cuando te toca vivir con un acorde irritante en tus oídos.
Dicen que la elocuencia del silencio tiene más propiedad que las palabras… que hay de cierto en esto? Es una justificación ante un episodio de filosofía barata? Quién calla ante algo, otorga? Debemos interpretar fielmente las palabras dejadas de pronunciar con todo tacto posible, percepción, intuición y sentido común para no ser prejuiciosos? Qué pasa cuando nos quedamos absorto ante la espera de palabras impronunciables? En ocasiones como estas, es cruel el silencio o simplemente responde a las reglas de hacer un mejor mundo, donde probablemente las hazañas heróicas de nombres o descripción de sentimientos son sustituidas con manifestaciones de afecto cuando estamos frente a esa persona que mata neuronas descifrando un mensaje con pistas y acertijos? Estamos frente a un sendero ruidoso o terrible por el exceso de silencio? Una indiscreción, no es acaso un ruido excesivo? Guardar un secreto, no es acaso otra virtud?
El silencio injustificado no es entendible. Aunque pienso que algunas veces es mejor hacer silencio que pensar en voz alta o esparcir palabras inapropiadas que conlleven a retractarnos con mucho pesar. Aunque el silencio o bullicio parezca relativo cuando hablamos en baja tonalidad, le sumamos el repudio a quienes hacen alarde explayado con su veneno en cada silaba pronunciada, con su maldad a cuesta, o creyendo los mismos tener potestad de opinar, hacer un juicio errado o entender que tienen propiedad de inmiscuirse en todas las cosas de quienes están a su alrededor; estas personas deberían entender que su punto de vista desentonado es interpretado como un ruido y no como un susurro; al final "Hablar es lo de menos". O cuesta tanto hacer alguna vez silencio?
Creo que casi todas las capitales de América tienen una gran contaminación auditiva y en verdad, parte del estrés cotidiano que se adhiere a nuestra espalda, a nuestro ritmo de vida, es producto de un sistema o sociedad a la cual nos rehusamos formar parte de esa muchedumbre; a mi me incomoda cuando me dicen que hablo despacio, muy bajo o cuando me preguntan constantemente de que país soy, pero igual no creo que todos los dominicanos hablen voceando o en alta frecuencia… o si? Hay ocasiones en que deseamos involucrarnos con el bullicio, pero vamos donde está el alto volumen, simplemente un día deseamos un poco de diversión, ir a una fiesta y escuchar música electrónica, etc, más se vuelve tedioso cuando te toca vivir con un acorde irritante en tus oídos.
Dicen que la elocuencia del silencio tiene más propiedad que las palabras… que hay de cierto en esto? Es una justificación ante un episodio de filosofía barata? Quién calla ante algo, otorga? Debemos interpretar fielmente las palabras dejadas de pronunciar con todo tacto posible, percepción, intuición y sentido común para no ser prejuiciosos? Qué pasa cuando nos quedamos absorto ante la espera de palabras impronunciables? En ocasiones como estas, es cruel el silencio o simplemente responde a las reglas de hacer un mejor mundo, donde probablemente las hazañas heróicas de nombres o descripción de sentimientos son sustituidas con manifestaciones de afecto cuando estamos frente a esa persona que mata neuronas descifrando un mensaje con pistas y acertijos? Estamos frente a un sendero ruidoso o terrible por el exceso de silencio? Una indiscreción, no es acaso un ruido excesivo? Guardar un secreto, no es acaso otra virtud?
El silencio injustificado no es entendible. Aunque pienso que algunas veces es mejor hacer silencio que pensar en voz alta o esparcir palabras inapropiadas que conlleven a retractarnos con mucho pesar. Aunque el silencio o bullicio parezca relativo cuando hablamos en baja tonalidad, le sumamos el repudio a quienes hacen alarde explayado con su veneno en cada silaba pronunciada, con su maldad a cuesta, o creyendo los mismos tener potestad de opinar, hacer un juicio errado o entender que tienen propiedad de inmiscuirse en todas las cosas de quienes están a su alrededor; estas personas deberían entender que su punto de vista desentonado es interpretado como un ruido y no como un susurro; al final "Hablar es lo de menos". O cuesta tanto hacer alguna vez silencio?
5 comentarios:
jajajajajajajaja, buen loco, siempre me rio a carcajada con tus ocurrencias. Deja la costumbre de mandar a callar a las personas.
Mira: estoy en tu calle tocándo bocina, jajajajajajaja....
Pdata: muy nice tus fotos en tu facebook de tu album A menos de 1 metro. locoooooooooooooo
Eso que dices puede ser parte de la hipótesis mentirosa de que somos el 2do país más alegre del mundo. Según muchos, "la bulla" es sinónimo de alegría y regocijo...lo malo es que esa "bulla" no nos alegra a todos en determinados días.
Que bueno es elegir el sonido de tus días, donde controlas los decibeles de tus deseos y a tu oído entran los acordes de la paz..que no es muda, solo tiene el equilibrio que buscas.
PD:
Ya eres el nuevo miembro de mi blogroll. Vas a aportar cosas buenas a mis lectores.
Saludos.
disculpad, pero.... lios nuevamente.^^
cuidate.
Prometo leer la siguiente.
comparto tus ideas !
el silencio es ago presiado y dificil de encontrar
odio los ruidos ! la gente es ruidosa! xD
un beso! q andes bien :)
No me agradan los gritos, menos el Bullicio?... Vivo en una ciudad, en dónde todavía, no sé llega a eso(por suerte).
Lamentablemente es el mal, de las grandes ciudades... Guardar silencio es lo mejor, lo hago a modo personal...
Un abrazo, Valentín!!
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