Ayer en la mañana, regresando de mi cotidiano correr del parque mirador, volví a escuchar las palabras de “JJ” en mi mente, taladrando mi cordura por millonésima vez. Volví a sentir una sensación tan extraña… desagradable. Una especie de nostalgia y mea culpa invadió mi respiración. Habían pasado 3 años desde que sus labios temblorosos dejaron escapar al compás de lágrimas profundas, una simple frase a la cual yo respondí con el orgullo propio de inmadurez y alardear tener el “Toque del Rey Midas sentimental” presuntuoso con inmadurez y vanidad ocasional. “Cuando pases por una situación similar a la mía, podrás entender como me siento ahora, podrás comprenderme y créeme que me recordarás por largos días” fueron sus palabras mientras yo me alejaba sin voltear. El momento en que la vida nos pasa factura viviendo en carne viva una situación similar a la que hemos propiciado en alguien, es lo que muchos suelen llamar “Karma”, algunas culturas lo definen como el castigo a tus osadías.
Esta semana “El Karma” había causado estragos en mi alrededor dándome varias lecciones. “MP” una de mis mejores amigas duró casi un mes sin hablarme por entender que era ilógico según su visión, una postura mía tomada el año pasado en una desición muy personal. No me molesté en aclararle nada, púes entendía ser suficientemente adulto para encarar la situación sin necesitar la aprobación de segundos o terceros. Justo comenzando el primer día de la semana recibí su llamada donde me decía estar viviendo lo mismo que había censurado en mí, probablemente tenía puesto mis mocasines y estaba perpleja. Le respondí con mi usual frase “NO pasa nada, tranquila”, al fin y al cabo los amigos estamos para brindarnos apoyo moral siempre. Del lunes hasta hoy, he recibido sus llamadas insistentes como si yo tuviera la respuestas a todas sus preguntas, en realidad no las tengo, algunas situaciones parecen ser iguales, más difieren del grado en que los sentimientos nos vuelven vulnerables, tocan lo más profundo de nuestro ser o nos dejan con un mar de preguntas en el artilugio sin papiros, sin tinta, con recuerdos.
El martes, recibí la llamada de uno de nuestros clientes. Solicitaba mi ayuda desinteresada para un proyecto audiovisual de su empresa; no lo pensé dos veces y le ofrecí mi ayuda sin importar que esta persona anteriormente se había ocupado de ponerme en una situación difícil por usar un prejuicio sin conocerme; al final, cuando todo se aclaró, la culpabilidad le arrastraba a los senderos del sentido común queriendo enmendar el incidente invitándome a tomar café y comer postres frecuentemente (cosa que nunca acepté) y no precisamente por resentimiento. Esta vez tocaba las puertas solicitando mi ayuda… “Cuente conmigo:” le dije sin importar que el trabajo facilitado de mi parte fuera gratis, o que los honorarios fueran suficientemente remunerativos para irme de vacaciones a Riviera Maya por una semana. No importaba, al menos tenía mi conciencia tranquila y no podía dejarme arrastrar por sus iniquidades igualándome a esta persona que probablemente en lugar de corazón, tiene un agujero negro en el pecho.
Cuando maduramos crecemos, cuando crecemos echamos a volar los fantasmas y actuamos sin egoismo, con tacto, sin anteponer prejuicios. Creo que a TODOS la vida nos ha hacho retroceder en el tiempo un vago recuerdo para sentir el acto de nuestras osadías dándonos una lección de vida, una probadita de nuestra pócima o pasando por la misma situación propiciada, volviéndonos peatones del otro lado de la acera o sintiendo como el boomerang lanzado al azar, regresa el día menos indicado, menos esperado, golpeando muy fuerte nuestra frente.
Esta semana “El Karma” había causado estragos en mi alrededor dándome varias lecciones. “MP” una de mis mejores amigas duró casi un mes sin hablarme por entender que era ilógico según su visión, una postura mía tomada el año pasado en una desición muy personal. No me molesté en aclararle nada, púes entendía ser suficientemente adulto para encarar la situación sin necesitar la aprobación de segundos o terceros. Justo comenzando el primer día de la semana recibí su llamada donde me decía estar viviendo lo mismo que había censurado en mí, probablemente tenía puesto mis mocasines y estaba perpleja. Le respondí con mi usual frase “NO pasa nada, tranquila”, al fin y al cabo los amigos estamos para brindarnos apoyo moral siempre. Del lunes hasta hoy, he recibido sus llamadas insistentes como si yo tuviera la respuestas a todas sus preguntas, en realidad no las tengo, algunas situaciones parecen ser iguales, más difieren del grado en que los sentimientos nos vuelven vulnerables, tocan lo más profundo de nuestro ser o nos dejan con un mar de preguntas en el artilugio sin papiros, sin tinta, con recuerdos.
El martes, recibí la llamada de uno de nuestros clientes. Solicitaba mi ayuda desinteresada para un proyecto audiovisual de su empresa; no lo pensé dos veces y le ofrecí mi ayuda sin importar que esta persona anteriormente se había ocupado de ponerme en una situación difícil por usar un prejuicio sin conocerme; al final, cuando todo se aclaró, la culpabilidad le arrastraba a los senderos del sentido común queriendo enmendar el incidente invitándome a tomar café y comer postres frecuentemente (cosa que nunca acepté) y no precisamente por resentimiento. Esta vez tocaba las puertas solicitando mi ayuda… “Cuente conmigo:” le dije sin importar que el trabajo facilitado de mi parte fuera gratis, o que los honorarios fueran suficientemente remunerativos para irme de vacaciones a Riviera Maya por una semana. No importaba, al menos tenía mi conciencia tranquila y no podía dejarme arrastrar por sus iniquidades igualándome a esta persona que probablemente en lugar de corazón, tiene un agujero negro en el pecho.
Cuando maduramos crecemos, cuando crecemos echamos a volar los fantasmas y actuamos sin egoismo, con tacto, sin anteponer prejuicios. Creo que a TODOS la vida nos ha hacho retroceder en el tiempo un vago recuerdo para sentir el acto de nuestras osadías dándonos una lección de vida, una probadita de nuestra pócima o pasando por la misma situación propiciada, volviéndonos peatones del otro lado de la acera o sintiendo como el boomerang lanzado al azar, regresa el día menos indicado, menos esperado, golpeando muy fuerte nuestra frente.
11 comentarios:
entiendo perfectamente. Es la ley de causa y efecto.
De este lado sabes que tienes un amigo incondicional y cuando quieras hablar, llámame, estoy siempre en el mismo lugar.
Te vi diferente ayer... todo pasa, tranquilo!
Un abrazo enorme.
Siempre aprendo algo de ti y la manera en como maneja las cosas. Te quiero mucho!
Bueno aqui cabe decir, que de los herrores se aprende. Te cuento que he conocido a una pediatra que es de lo mejor, tiene un blog donde habla de como debemos cuidar a los niños en edad de crecimiemnto,tambien da consejos y mucho mas.Cuando puedas visitalo te encantara,la direccion del blog es,http://www.pediatratecnologa.blogspot.com/
No se mucho del Karma, pero según lo que explicas supongo que puede ser educado con el tiempo y con nuestra actitud.
Yo realmente no se como está mi Karma, pero últimamente la actitud de superación personal que he adoptado me da cierta sensación de paz y seguridad en mis metas. Como hicite tú, obvio el dinero (que envuelve todo y lo daña) y me pongo a dispocisión de brindar lo mejor de mi a quien lo merezca.
Increíblemente, estoy construyendo un equilibrio entre el servicio desinteresado a los demás y la capacidad de ignorar a aquellos que siempre ven el lado negativo de las cosas.
Crecimiento de mi conciencia.
QUE GRAN VERDAD!
SOLO CUANDO CRECEMOS Y MADURAMOS PODEMOS ENTENDER ALGUNAS COSAS QUE NOS HAN PASADO Y CAMBIAR DE ACTITUD.
BESITOS
Todo es equilibrio, energías chocando unas con otras y convirtiéndose en cargas positivas o negativas.
El secreto es saber que uno mismo puede cambiar esas cargas cuando quiera
Ayy Vale, el KARMA o como se dice en ciabeño: ``La baba que te cae en la cara luego de escupir para arriba´´
Si que a todos nos ha tocado beber un traguito armago cuando nos damos cuenta que la vida se cobra lo que tomas fiado. Aunque reconozco que me encanta esa sensación de: ``YO te lo dije´´ JA!! es tan satisfactoria.
PD. Tenía muchooooo que no punchaba tu blog (sorry, es que me her perdído de muchas cosas cybernéticas ultimamente); sabes que noté?? Pues que el sentimiento que transmites con lo que escribes es algo distinto, quizás más pesado, no se si seguridad sea la palabra, pero pesado me gusta...quizás la que ha cambiado soy yo :P Quien sabe!!
Abrazosss para voooss!! :P (a lo Mafalda)
estos dias he pensado en cosas similares, mi problema es que deseo el karma, he lastimado a algunas personas diciedo la realidad, sin medir las consecuencias, nunca la he sentido de vuelta en mi cara.
es por llamarlo así, ningun miedo a las emociones, o miedo a no sentirlas.
mi nostalgia esta a tope, pero ya solo queda bajar.
un abrazo, suerte^^
estos dias he pensado en cosas similares, mi problema es que deseo el karma, he lastimado a algunas personas diciedo la realidad, sin medir las consecuencias, nunca la he sentido de vuelta en mi cara.
es por llamarlo así, ningun miedo a las emociones, o miedo a no sentirlas.
mi nostalgia esta a tope, pero ya solo queda bajar.
un abrazo, suerte^^
Excelente, como siempre...
A través de un abrazo, reflejo todo lo que puedo decir, cuando no encuentro las palabras adecuadas.
Besitos!!
Mi estimado:
A todos nos ha tocado una cucharadita de nuestro propio chocolate. Believe me, comparto contigo, la vida es como un boomerang, todo lo que va viene.
Lo malo es que siempre sucede en el momento menos esperado...
Hace un tiempo hice un post similar por algo que vivi......y realmente fue un trago muy amargo.....
un fuerte Abrazo._
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