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viernes, 23 de octubre de 2009

Cochinadas: Racismo Culinario ...

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El hombre, probablemente en su afán de saciar su apetito voraz al ver sus alternativas de cacerías limitadas o la escasez de alimentos en su alrededor, adoptó la postura de probar cada planta, fruto o cosa que estimara comestible. Justo en ese momento se posicionó por encima de todo animal y como buen roedor fue perfilando el paladar descubriendo infinidades de sabores y texturas en alimentos “listos para comer”, aunque hay que resaltar su paso desacertado en el descubrimiento de algunos alimentos dentro de la cadena alimenticia, esos que al final sus propiedades son casi nulas, poco convencionales o insignificantes como el pepino, el plátano, la sandía, el mismo melón, la guanábana, etc. Pero en la justa medida y sin contradecir la teoría de que “El plátano verde embrutece”, admito que el mofongo es la invención más gourmet y deliciosa para comer este banano gigante; por otro lado la hipótesis de que el pepino hidrata la piel al colocarse rodajas en el rostro, ha quedado descartada científicamente en recientes estudios. Igual que los melones y sandias, quizás estos son simples adornos como las calabazas para tiempos de Halloween y muchos insisten verla como frutas comestibles, puaf… Y antes de que terminen asombrados por mi pequeña lista de cosas incomestibles, permítanme decirles que TODOS tenemos un historial de cosas que creemos inapropiadas para subsistir por considerarlas desagradables o asesinas dentro del repertorio gastronómico que escogemos en una mesa.

Siempre he estado de acuerdo en que las patitas de cerdo o de cualquier otro cuadrúpedo sean devoradas sólo con el consentimiento de sus dueños y quizás ninguno permitiría tal cosa, o si? La psicología cultural que nos ha rodeado siempre, ha hecho posible desde nuestro nacimiento la preferencia o el desprecio de alimentos y sabores que asentamos en la etapa adulta: muchos consideran despreciables el rábano, otros la berenjena, algunos la zanahoria, y es aquí cuando sin duda alguna los vegetales llevan la delantera en el puesto de poca aceptación de la cadena alimenticia. 9 de cada 10 personas detesta un vegetal, cuando no más. Yo le tengo pánico a las comidas “achicharradas” al carbón, esas que pasan el grado de doradas o asadas volviéndose in apetecibles. Si el amor entra por la boca, según la teoría de las que aseguran que los hombres nos atrapan con un buen filete, entonces debo agregar que el mismo ha sido disfrutado previamente con un preámbulo ultra romántico en la cocina antes de ser presentado en el plato y si se cumple tal enunciado, entonces nos posicionamos en la categoría literal de ser “perros” babeantes que responden a un estimulo agradable ante la carne.

La tendencia actual vino a revolucionar la cocina trayendo posibilidades extensas para poner ese toque personal a una receta o un plato al preferirlo en un restaurant y no precisamente porque el estragón esté por encima de la verdolaga, una receta sencilla, poca condimentadas y con creatividad, le gana a una muy elaborada con tantos ingredientes que terminas volviendo locas tus papilas gustativas. Particularmente pienso que debería otorgársele un premio novel al inventor de la Ensalada Cesar, al creador de la “Creme Boullè”, del Tiramisú y enviar a la guillotina a quienes consideraron por varias décadas en la época del renacimiento, que el tomate era venenoso. Falta mucho por descubrir, las invenciones en la cocina no llegan a su fin por más revolución que cause Ferrán Adría con su emblemática cocina fantasiosa siendo vista por muchos visionarios de la alta gastronomía como comida futurista o de astronautas. La mixología vino para quedarse y las combinaciones de tragos y cocteles que pensábamos no eran posibles son hoy el trago mas exótico servido en una copa que muchas veces es encendida por un cerillo para producir el efecto deseado o activar en nosotros los motores al encontrarnos en una fiesta. Recomiendo en gastronomía probarlo todo, pero esta teoría no siempre produce resultados positivos cuando la predisposición o la fijación marcada en nosotros nos quita las ganas de echar una probadita al manjar que, en un plato nos desafía mezclado con ese ingrediente inoportuno … entonces, estamos frente a un cuadro de discriminación gastronómica?

jueves, 22 de octubre de 2009

Detective sin rastros ...

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Todos dejamos residuos bajo las circunstancias que cubren el manto de nuestras razones ocasionalmente inciertas, místicas o secretas de una complejidad absurda al menos para quien sabe leer entre líneas… Ahí estaba yo, armando el inverosímil rompe cabeza de cartón satinado que tenía sobre el piso, parecido al tablero de ajedrez dejado al azar por sus contrincantes hasta que en un encuentro, el próximo jugador simplemente diera el jaque mate sin esfuerzo alguno. Mi percepción detectivesca, la mejor hora de la madrugada y algún libreto con poca premura llevaron mi sospecha al borde del veredicto sin apelación; iría a la cama sin proponerme dormir horas extras y con esa sensación incierta ante la respuesta de eventualidades pasadas, ajena, esa que salpicaba mi pensamiento lógico, razonable y me posicionaba al borde del sentido común como el eco de una voz en la montaña dentro de mi conciente despierto. Hasta que punto nos quedamos atrapados en un capricho o una historia pasada?

Ese juego complicado con tablero monocromático nos impulsa a veces ocupar una posición diferente y asumir un reto con cada jugador. Pero, nuestra mejor defensa la hacemos asumiendo la posición de rey o siendo un simple peón que protege las piezas principales de esta trifulca? No es cruel acaso tener menor rango del que has ostentado toda tu vida? Nos invade el miedo de dar un salto a lo desconocido o las pocas ganas echan a volar la oportunidad de ser feliz al lado de otra persona? Ese tiempo que solicitamos para poner en orden las ideas y tratar de salvar una relación, es acaso la manera correcta de terminar un idilio o entramos en pánico poniéndonos a la defensiva para no asumir con toda certeza el rompimiento en una relación? Nos mentimos a nosotros mismos cuando en un momento cualquiera el subconsciente y la añoranza nos arrojan a los brazos de nuestra ex relación? Necesitamos una coartada para camuflajear los sentimientos escondidos mientras alguien escucha del otro lado los comentarios al viento con carcajada y residuos de un tal vez, donde hacen más fácil desistir en ese momento al ideal pensado por largos días?

Me fui a la cama sin anhelar siquiera tener la respuesta frente a las interrogantes que quizás no encontraría. Cuando las pistas estaban todas reunidas en un mismo expediente y cuando ese rastro hace evidente un sentimiento sincero, te conviertes en detective de tu propia sombra. Por el momento, regalándole una canción a la melancolía que sentía sin abrazarla por la confusión transitoria, sin dejar escapar el humo indecente de un puro a media noche, sellando en silencio las palabras marchitas, escuchando la vitrola imaginaria desgastar la voz de Cerati en un escenario inconcluso ajeno, cerraba la puerta para extasiar en brazos de morfeo mi optimismo a fuerza de voluntad por quien sabe cuantos días…

 




miércoles, 21 de octubre de 2009

Susurro ...

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Haces la pregunta del millón mientras recuestas tu cabeza sobre mi pecho; el nocivo rubor invade mis mejillas ante tu interrogante inexorable, la misma que durante 14 días, 22 horas y 34 minutos me he preguntado con insistencia. No das tregua a que mis susurros deslicen mi aliento por el contorno de tus oídos o que mis manos acaricien lentamente tu pecho blanco marfil. Supongo que al final sabes bien mi postura y decides ignorarla para descansar tranquilamente sin ahuyentar tus neuronas. Supongo también que desconoces cuan difícil es para mi contener las ganas inmensas de acariciarte cuando estás a menos de 3 centímetros de distancia y tu perfume siluetea la escultura que añoro moldear impregnando mis huellas dactilares cuan alfarero en plena labor. Acaricio en mis manos la acuarela con un pincel tratando de dar color a tus días mustios, repetitivos como escena al mejor estilo de Chaplin, con vestigios de ladrillos coloniales y fatiga en el borde de tus oscuros ojos. Si al menos supiera con certeza que te gusta de mí, dormiría placidamente por las noches y cultivaría cada mañana mi hedonismo casual sin necesidad de mirarme al espejo. Desconocer las palabras encerradas en el silencio de tus hermosos labios, me convierten en la réplica perfecta de Rodin. El postre marchito, tu cepillo dental verde clorofila en mi baño y el recuerdo de tu cuerpo en mi tálamo junto a mí, estarán esperando la respuesta que sin prisa alguna, deseo ver cumplir … No tardes !!!


lunes, 19 de octubre de 2009

Camuflaje ...

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"El lobo cambia sus manchas, pero NO sus mañas"…
Desde cuando aprendimos a camuflajearnos para subsistir a las exterioridades? Desde que se inventaron las mentiras blancas o desde que salimos de las cavernas y comenzamos a establecer las reglas de superioridad por encima de los dinosaurios? O justo cuando caperucita roja y la bella durmiente marcaron la pauta de liberación femenina disfrazando la historia? En que momento nos situamos como depredadores en lugar de presas? Cada circunstancia arrastra una historia que cambia el curso de cuantas personas estén involucradas dentro del proceso de lo que consideramos una verdad universal. Cada persona responde a intereses particulares fuera de sus estímulos naturales; lo más idóneo es sostener con firmeza las convicciones arraigadas de nuestra personalidad, más cuando siempre actuamos de esta forma, nos olvidamos del sentido común y encerramos en una burbuja la doctrina arbitraria de actuar entre lo justo y lo correcto, cosa que no siempre es fácil. Necesitamos mimetizar con el entorno para lograr esto?

Mentir es fácil, es el camino más factible de salida a una encrucijada momentánea; difícil es encarar con la verdad una respuesta sin condiciones, sin sujetarla a falsedad u ocultar un sentimiento por encima de una mirada. El plus del siglo trae una vida sin complicaciones, con salida hacia las dificultades que muchas veces no deseamos quitar del camino… o nos resistimos apartar de la vereda esa piedra fastidiosa que nos hace tropezar una y otra vez a conciencia? Es cuestión de aptitud o nos alejamos de la tribu estableciendo territorio independiente fuera de la manada? Si los humanos aprendemos haciendo, por qué nos resistimos dar el salto a una temporada ineludible? En cuestiones disciplinarias el hombre ha roto todas las expectativas convencionales de fidelidad hacia los suyos aislando la mejor parte: “Los sentimientos” y luego subestimamos a las especies que encerramos en zoológicos por considerarlas inferiores o las ridiculizamos por pensar que los mismos carecen de pulgares… El lobo es para mí el prototipo más fiel y persistente ante esa forma de sobrevivir, de mantener el equilibrio en la piara y esa postura por generaciones con el respeto irrompible de lazos afectivos que muchas culturas y tribus entienden como pacto sagrado entre cada miembro; justo ahora nos damos cuenta que los mismos son el ideal perfecto donde comprenderíamos mejor el arte de convivir sin necesidad de aullar ante la luna llena o comer las sobras de la carroña dejada por el jefe, pero paradójicamente, es lo mismo que hacemos los humanos estableciendo clases sociales en donde los de abajo apenas roen el hueso del banquete que saborean los que asumen tener linaje de sangre real con cuentas bancarias muchas veces a costa de sangre y estafa.

Camuflajeamos los sentimientos e intercambiamos la verdad por anteponer nuestro egoísmo y cuando esta acción fatalista deja secuelas en gran escala dentro de una sociedad a la que muchos se resisten dar un abrazo con franqueza o prefieren morderse la lengua antes de decir un simple “Te quiero” o perdonar en lugar de sacar el rencor del corazón, nos posicionamos por debajo de los simios y los triceratops, quienes desenterramos como diamante en bruto para restregarles en la cara siglos después que nuestra inmortalidad les haría ser nuestros esclavos o el tartar más exquisito en la entrada de un restaurant francés. Un día, tan solo un día el proceso evolutivo farsante que asumen los orates de laboratorios llegará, despertaremos con sonrisa ambivalente como la mona lisa, quienes sonrían ejercitando sus 15 músculos faciales, serán extraños y su risa, probablemente sea considerada un aullido, fiel, constante, sin mimetismo .. como los lobos …

 


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