Ayer, mientras me encontraba en afanes de trabajo, escuché insistentemente una voz que pronunciaba mi nombre. Al voltear, ahí estaba esa jovén a la que miraba rápidamente antes de que se lanzara sobre mi con su cálido abrazo; al mirarla fijo, supe que era Keyla, mi ex compañera de diplomado del año pasado. Sentí esa calidez en su saludo y mientras nos poniamos al día alejando el apuntador de mis oidos e ignorando el llamado de luces, cámara y acción, remonté como acostumbro, mi pensamiento. Keyla era la más tímida e introvertida de todo el curso; le daba apuros hasta saludar al llegar a clases. En el módulo de supervisión y empatía, me tocó ser el tutor y supervisor de Keyla; (como si yo fuese el más espontáneo y desenfrenado, ja!) ... al final cada quien debía entregar un reporte, supervisor y supervisado sobre el manejo y seguimiento de su compañero de clases. Duré una semana super inCómodo preguntándome por qué me había tocado la persona más dificil aparentemente, a simple vista.Tenía que conocer casi todo de ella, sus gustos, prefencias, disgustos, fobias y el fuerte en sus actitudes. (en el momento no sabía que era más incómodo, el recuerdo de una relación amorosa y sus dilemas o el proceso de sacar gota a gota información de mi compañera para obtener buena calificación en esta práctica.
Libreta en blanco y buena diposición fueron mis utiles en la primera cita esa tarde en el malecón (creo que a todos nos gusta perdenos en el horizonte de la inmensidad para relajarnos un poco, cierto?) ... tenía frente a mí una persona monosilábica, mi antítesis. Colgando en el escote de su blusa observé los audífonos de su ipod. Qué música te gusta? pregunté. "Me encantan las canciones románticas, creo que soy rara porque a mis 24 años, mis amigas prefieren otro tipo de música ... me gustan mucho las canciones de Ednita Nazario, es mi favorita" me respondió, mientras volteaba la mirada a la hilera de carros que vagamente transitaban ese sábado por la avenida George Washington. Eureka! me dije! Al menos teníamos algo en común, nos unian las canciones románticas. "C R" (canciones romanticas) anoté con disimulo estas iniciales en mi libreta; y me dispuse a dejar aflorar mi parte comunicativa coherente y por suerte tenía un tema de que abordar. Esa tarde descubrí que mi compañera era romántica, sensible y agradable aunque hablara poco. Al día siguiente recibí una llamada de ella disculpándose por no haber sido más receptiva y colaborar en el trabajo de equipo. Le manifesté que de mi parte podíamos anular en el reporte este primer encuentro y echarle ganas a la tarea que debiamos entregar al cabo de 2 días del primer reporte. Conforme al paso de las siguientes tres semanas, encuentros frecuentes y llamadas telefónicas, había logrado un progreso en Keyla increible. Era más abierta, saludaba sin apuros, se sentaba delante en clases y por lo general levantaba la mano una o dos veces en clases para opinar; no había sido fácil usar toda mi psicología sobre ella para en tan poco tiempo hacerle ver que no debía ser una almeja y que cada día que pasaba, tendría más roce con diferentes personas o quedarse encerrada en su casa y no salir nunca, como un pez prisionero en un recipiente de plástico, apartado del inmenso mar.
2 días antes de terminar nuestro reporte, la invité a un lugar en donde podríamos escuchar música romántica, fumarnos un cigarrillo mentolado sin prisa y una ronda de vodka o martini. Insistí y lo logré. Tambien yo debía romper uno de mis miedos, cantar en público (y aunque no tenga ni voz ni dotes artisticas para el canto, quería al menos percatarme de que podía hacerlo, de que podría desterrar ese ultimo residuo de flojera. Dos rondas de vodka a la roca y estaba listo para hacerle acompañía a Keyla y cantar (Esta si tiene una voz encantadora, dulce y celestial... no fué al azar que la llevé a un karaoke) ... Entró en pánico cuando le dije que habia decidido que cantaramos juntos. Me miró sabiendo que no tenía alternativa, mientras bebía de un solo sorbo la mitad de su blue lagoon martini con todo y aceituna. Ella terminó siendo aplaudida y aclamada por más de una hora por todos los que estaban en el bar para que cantara las mejores interpretaciones de Ednita Nazario. (al menos yo no fuí abucheado ni lleno de moretones por mis equivocaciones, pero mi apoyo empatico y moral lo mantuve hasta el final) ... Al terminar "la fiesta exámen empática etilica", Keyla sugirió que en nuestra exposición cantariamos para los compañeros de clases, pensé que el estrago de alcohol, canciones y humo del cadaver de cigarros en ceniceros habían desinhibido un poco a mi amiga; pero no fué así. A primera hora del día siguiente, volvía a ser reiterativa, con voz lúcida, sin resaca. No necesité muchos argumentos y defensas delante de todos en la sesión de exámen, ya que al escuchar a esta joven cantando frente a todos con sus pistas y expresiones corporales que al final desataron las lágrimas de ella y muchos en el aula, pudieron darse cuenta que la misma había cambiado notablemente su extroversión y todos los puntos en nuestra evaluación.
Hace apenas 1 hora, mientras almorzaba con Keyla y recordabamos los viejos tiempos de unos días que no llegan a 400 en el conteo, supe de una vez por todas que el mundo está lleno de personas con miedos, encerrados en su mundo y con las puertas cerradas a los demás; ahora era ella que me miraba tratando de descubrir en mi perdida mirada un pesar que trataba de disimular. Hoy no quería irme a cantar mis penas, ya bastante tenía con mis ensayos frente al espejo con el control remoto de mi tv. Tampoco quería tomarme la escencia del absolut o Stolichnaya ... quizás me haría bien perderme un poco en el inmenso mar al caer la noche, ahora era tiempo oportuno de ser "EL APRENDIZ"
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Rendirse no es una alternativa!
Empatía no es asentar con la cabeza o decir sutilmente SI!
La vida es un verdadero reto; las pruebas nos fortalecen!
