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martes, 20 de noviembre de 2007

EN BLANCO: LOS SENSATOS Y PRUDENTES












Apenas comenzaba el mes de marzo cuando ya mi sobrina Melany me entregaba una carta para que yo fuese el mensajero y la hiciera llegar a su destino. El receptor era un señor de apariencia robusta, con barba blanca desaliñada, botas negras forradas de cuero, traje rojo con blanco, risa sarcástica contagiosa y que trabajaba fuertemente en la época de navidad.

Su carta decía textualmente así: “Querido Santa, quiero que por favor me envíes un juego de cocina con mi tío, una bicicleta para mi hermano Carlos y para Pamela, lo que ella quiera, no me falles Santa”.

Leí la nota extendida por esa manita tierna, delicada y suave como algodón recién abierto de su capullo. La miré a los ojos tiernamente y le pregunté: mi cielo, por qué le envías la carta a Santa Claus con tantos meses de adelanto?... ella, respondió muy elocuente: - “Se la envío con tiempo, para que no me falle y sea uno de los primeros regalos que él entregue.

No pronuncié una sola palabra, lo que acababa de escuchar me dejaba perplejo. Una niña de cinco años, estaba siendo tan sensata, tan prudente… entendí que algunas personas nacen con cualidades predeterminadas, otras las adquieren, otras en cambio mueren sin darse cuenta que no albergan en su corazón características que dejen en los demás recuerdos gratos y un pasillo abierto para conducirse prudentemente en la vida.

Volví a leer de nuevo la nota al encontrarla en uno de mis libros y abrí la puerta hacia ese umbral de aprendizaje de las luces que irradian las personas con tacto, las personas que no les da apuro expresar afecto, amar, mostrar sensibilidad ante el prójimo…

Se que Melany está ansiosa por recibir su encargo, por jugar con sus tacitas e invitarnos a todos a tomar té, procuraré estar ahí y probar ese postre de plástico que en su envoltura dice “Made In China”, es lo menos que puedo hacer con una de mis sobrinas consentidas, maravillarme al verla jugar feliz.

1 comentario:

Dulciblue dijo...

Que lindo post. Me hace recordar aquellos tiempos en que me encantaba jugar con los juegos de cocina y le brindaba cosas a mis padres en los platitos y tazitas. La verdad eres muy detallista para sacar una conclusión tan hermosa de tu sobrina Melani.

besos

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