Sus pestañas anclaban la mirada de unos días inciertos bajo los cachivaches del sol templado, denso y apacible con el humo mañanero, escueto, calmado, estático. Mis ojos perdían lucidez y alejaban las preguntas de mi borracha memoria de tragos imaginarios. No había tiempo para contemplar el extremismo, tampoco para sentir lástima o justificar patrones de muertes sepultadas en rostros ambulatorios; hoy volvía a ser protagonista de historias con tantas palabras que preferían enmudecer bajo las narices que habían olfateado indecencia y pudor repentino de un cuerpo vestido con litigios de ramera por obligación.
El hambre servía un mordisco de paciencia apagando la llama moribunda del quinqué que albergaba riqueza repentina de gas nauseabundo. "Mujer llevaba por nombre pecado" y corrompía un imperio dejando las carroñas de su marca con hijos huérfanos, desamparados y moribundos regalados a impostores, morbosos y violadores bajo las narices de su madre.
La piedad huía del paso clemente ante las palizas y el maltrato adolescente que impulsaba descarriarse al sendero de hipocresía, odio y rencor; el mismo demonio tenía nombre de hombre con barba de luna nueva. Corotos, pan y mañana tenían el barniz polvoriento de una ignoranza que muchos llaman pobreza. Una rendija abría la esperanza a un mundo mentiroso y con tanta vanidad que difícilmente no acabara por seducir la inocencia más pura. Quién podría llamarse santo? Quién no mentiroso ante la verdad inexplicable? Y la vida injusta, es un mito? O una ofrenda las pocas monedas que son nada ante tanto que podemos dar?
Descubrí que es una victoria ser padre sin condena ante las osadías de progenitores degenerados, villanos y rufianes. Las licencias para esparcir semillas contaminadas son gratis con bonos plausibles ante la vergüenza y el descaro que contamina el entorno de una sociedad que muchos llaman patria, si fuera ciego oiría más, si fuera mudo quizás hablaría; al menos yo … Juro que he visto cosas …
El hambre servía un mordisco de paciencia apagando la llama moribunda del quinqué que albergaba riqueza repentina de gas nauseabundo. "Mujer llevaba por nombre pecado" y corrompía un imperio dejando las carroñas de su marca con hijos huérfanos, desamparados y moribundos regalados a impostores, morbosos y violadores bajo las narices de su madre.
La piedad huía del paso clemente ante las palizas y el maltrato adolescente que impulsaba descarriarse al sendero de hipocresía, odio y rencor; el mismo demonio tenía nombre de hombre con barba de luna nueva. Corotos, pan y mañana tenían el barniz polvoriento de una ignoranza que muchos llaman pobreza. Una rendija abría la esperanza a un mundo mentiroso y con tanta vanidad que difícilmente no acabara por seducir la inocencia más pura. Quién podría llamarse santo? Quién no mentiroso ante la verdad inexplicable? Y la vida injusta, es un mito? O una ofrenda las pocas monedas que son nada ante tanto que podemos dar?
Descubrí que es una victoria ser padre sin condena ante las osadías de progenitores degenerados, villanos y rufianes. Las licencias para esparcir semillas contaminadas son gratis con bonos plausibles ante la vergüenza y el descaro que contamina el entorno de una sociedad que muchos llaman patria, si fuera ciego oiría más, si fuera mudo quizás hablaría; al menos yo … Juro que he visto cosas …
Foto: Serial de mi álbum "Desde Mi Ventana"
4 comentarios:
Esa foto me gusta muchisimo. Me transportas a esos campos del sur. Es cierto lo que dices, la miseria, el hambre, la pobreza y la maldad de los padres de este pais no es un mito.
Como te fue en semana santa. Ya me han dicho que gozaste muchisimo. Quien como tu!
Un abrazo.
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
En esta ocasión, es la foto la que me dice mas que el texto mismo, pero prometo volver después de salir de tal intoxicación a releer a “ojos cerrados”
es interesante lo que escribes...
me gusta tú estilo...
saludos!
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