Complejidad Humana: Convivencia !!!

Ayer, mientras me dirigía con prisa poco usual antes de llegar al canal de televisión, me encontré casualmente con mis amigos Laura y Jhonatan. El tenía más prisa que yo en regresar a su oficina pues apenas me saludó afectuoso, caminó rápidamente hasta perderse en la puerta de cristal del edificio del frente. Ella, con toda su calma, me dio un abrazo cálido, dejando su amplia sonrisa con dentadura extra blanca al descubierto; no tuvimos tiempo de socializar, ya que ambos teníamos compromisos laborales en espera. Mientras me dirigía a mi ámbito cotidiano, recordé cuanto me agradaba ver juntos esta pareja singular a quienes había tenido la oportunidad de conocerle en uno de mis viajes bohemios de una excursión cualquiera al interior del país. “L&J” conviven juntos desde hace años, al decidir postergar su noviazgo para darle paso a una etapa adulta y responsable, sin firma estúpida que avale falsedad o un divorcio a cuesta luego del inusitado dicho: “Puede besar a la novia” … - “Al principio, todo era color de rosa, hasta que llegó un momento en que la relación se había vuelto monótona”, me decía Jhonatan en la última conversación que sostuvimos de regreso a la ciudad, compartiendo impresiones a cerca de las diferentes etapas, situaciones y desaciertos de la "Complejidad Humana" afrontada en una relación para determinar la compatibilidad, el grado de afecto, las cosas en común que comparte la pareja, el nivel de tolerancia y la prueba final para quienes piensan extasiar sus días bajo un mismo techo, me estoy refiriendo a la convivencia, el último escalón antes de llegar a la cima dificultosa en una relación sentimental.

La salida para salvar la relación entre ambos consistió en compartir cosas comunes más allá del círculo asfixiante en que movían sus pasos. A los dos le gustan las excursiones, acampar en el bosque, escalar montañas, viajar y emprender una aventura diferente para terminar con la fastidiosa rutina. “Desde que comenzamos a salir del típico ambiente familiar, de asistir a los mismos lugares y la misma agenda los fines de semana, sentimos que hemos afianzado más la relación; compartimos cosas en común y durante las mismas, nos cuidamos, somos más responsables, planificamos mejor las cosas y la comunicación es más efectiva", ampliaba Laura en el mismo viaje, agregando con énfasis las sabias palabras, mientras volteaba y besaba espontáneamente a su novio en la boca. Pero, acaso L&J habían tomado el camino adecuado para salvar la relación? Habían adecuado sus necesidades a la exigencia de ambos para seguir profesando su afecto? En que parte encajaba el sexo para salvar la relación? La modalidad del siglo ante las exigencias de la cruel sociedad que parece imponer patrones marcados a los 24 años, echa por un barranco con toda frialdad el hilo que ata los ideales del matrimonio, destrozándolos con la separación a pocos meses por quienes contraen nupcias sin conocerse lo suficiente, sin estar seguros de cuan alto es el nivel de acoplamiento en la convivencia. Son más sensatos e inteligentes los europeos al adoptar la postura de convivencia juntos en una relación de novios para conocer las exigencias, demandas, gustos y aceptación de ambos compartiendo algo más que sexo matutino? Hasta que punto el amor soporta las cosas que nos incomodan en una persona para callarlas? Por qué tiempo? El sexo, por más placentero que sea, sólo representa el 11% en una relación y si las cifras están por debajo de este porcentaje con inconvenientes marcados y comunicación nula, las cosas no funcionarán. Pero, qué pasa cuando la convivencia es entendible y el sexo es desastroso? Qué pasa cuando no estás dispuesto a negociar tus cosas? Se acaba la magia del noviazgo al casarse? Son apenas quimeras los ideales divorciados con realidades placenteras fuera de un lecho con sexo placentero?

Los humanos razonables, nos moldeamos, NO cambiamos la verdadera esencia de nuestra personalidad o carácter, más desarrollamos aptitudes como estrategia de supervivencia como la paciencia, la comprensión, la empatía, echamos a un lado el impulsivo carácter y otras tantas, nos ponemos zapatos ajenos. Qué significa esto? Estamos frente a una situación trillada con personajes distintos en un melodrama o afrontamos una realidad en donde comenzamos de nuevo, sin fantasmas, con optimismo y ganas de compartir cosas comunes y las diferencias de otra persona? Tenemos un molde pre - establecido o prototipo de personas que instintivamente elegimos para sentirnos seguros, afianzados y plácidos en una relación? Acaso ese extremo del que siempre hablo, no es la gota que rebosa la copa en nuestro nivel de tolerancia? O el ciclo moderno de la crueldad humana permite dejar hijos tirados en las calles de miserias por padres malvados, sin importar las consecuencias postreras? Convivir en pareja es sin duda, algo difícil donde decides sin postergar tus decisiones, cuales cosas puedes o no vivir con ellas si esa persona te acompañará el resto de tu existencia. Debemos recordar que los humanos estamos expuestos a cambios constantes dependiendo las circunstancias en que nos veamos envueltos, pero dentro de esos cambios ligeros o bruscos, TODOS, absolutamente TODOS tenemos un sello imborrable de quienes somos, de nuestros gustos, de nuestras preferencias, las cuales no cambian abismalmente de la noche a la mañana. Las relaciones afectuosas que presentan un nivel de convivencia estable, aceptable y duradera, son propiciadas por personas con una personalidad bien definida y sin importar que sean ángeles o malvadas, su etiqueta es fácil de leer y bien asimilada por quien tiene el 50% dentro de la relación (suponiendo que la misma sea equitativa) … Al final, más allá de razonamiento lógico, de respuestas con sentido común y despliegue de justificaciones convincentes de quien ve las cosas a su manera, entiendo que verdaderamente: “Los humanos aprendemos haciendo”...