El Fin del Mundo ???

Se hizo de noche apenas siendo las 3 de la tarde. Los edificios comenzaron a desplomarse antojadizamente como piezas de juguetes. Las estampidas de animales salvajes corrían de un extremo a otro por la ciudad de asfalto agrietada, polvorienta, confusa y obscura. Un estruendo se escuchó del centro de la tierra haciendo volar los continentes como cometas al viento en primavera. El llanto de niños había desaparecido de la orbita terrestre, varios gemían en el vientre de algunas madres que corrían despavoridas, sin zapatillas principescas, sin perfume, con harapos. Algunos lobos aullaban en los alrededores de un callejón donde cinco ladrones huían dejando tras sus pasos algunos collares de perlas genuinas, oro y amatista. A lo lejos, en un balcón de madera a medio derrumbar, una puta perfumaba sus piernas, sin inmutarse, sin chirrear, observaba la escena dejando al aire sus pezones perfectos con bronceado ultravioleta, el caos terrible embargaba la oscura acción donde el rojo de sus labios era menos intenso que el agua de los mares del cual escapaban volando a otra galaxia los delfines con su inusual canto. La misericordia escapó de los cimientos en cada hombre; los banqueros apostaban sus ganancias en la bolsa de valores por adquirir una linterna y refugiarse en un lugar visible, sin criaturas del mar mezcladas con el torrente de hielo como traído por la inexplicable aparición del Nautilus, con anacondas devorando todo a su paso; la asimetría adornó todo lo que estaba en pie y las galerías de arte dejaron de ser atractivas; ahí seguía La Monalisa, sonriendo enigmáticamente, balanceando su marco de oro de un lado a otro, sin desprenderse, sin alarmas, sin vigilancia de soldados suizos. Por encima del ruido excesivo e infernal, los pocos grillos accidentados propiciaban dramatismo y las luciérnagas encendieron sus luces tímidamente. Algunas olas jugaban a ser colosos arrastrando torres y castillos sin esfuerzo alguno… La puta acercó la fragancia muy cerca de su no tan perfilada nariz dejando escapar un estornudo inapropiado, una voz acalorada dejó escuchar su irritante expresión: Corteeeen!!! Las luces se encendieron en el amplio set, era hora de repetir la fastidiosa escena del comercial nuevamente…