Un día desperté y me di cuenta de lo
importante que es el “amor propio”, ese que nos permite valorarnos y amarnos
sin llegar a ser vanidoso o egocéntrico… Aprendí a vivir ligero y sin tantas
preocupaciones porque entiendo que cada ser humano debe ser responsable de su
vida y sus acciones. Pero lo más significativo: aprendí a valorar el cariño de
la gente sincera, constante y que es capaz de hacer feliz a otros con una simple sonrisa … Desperté y
supe que era tiempo de dejar atrás a toda esa gente que disfruta la mezquindad y
el morbo humano resistiéndose amar sin torturar o romper corazones. También, a
quienes sólo saben quejarse, esa misma gente que siempre mira el punto negro
sobre el lienzo blanco; gente que no tiene el mas mínimo deseo en disfrutar
cada día con optimismo, alegría y franqueza los momentos únicos e irrepetibles.
A esa gente les digo que: “la vida no se planifica, se vive” y que ese diario
vivir es lo que forja arduamente los planes a mediano o largo plazo porque al
final, la felicidad no se posterga ni se alardea, se vive, se comparte. Estamos
en un siglo donde la amargura es cosa del pasado y NADIE, ABSOLUTAMENTE NADIE
convive una vida con alguien que no tiene la intensión de caminar a la par
contigo … Con cada amanecer hay un sinnúmero de oportunidades para empezar de
nuevo, para perdonarnos y perdonar al pasado tormentoso que de alguna u otra
forma hemos tenido que transitar. Abre tus ojos, tu mente, tu entendimiento
para enfocarte en cosas positivas … Se tu mismo el capitán de tu propio barco;
dile NO a cualquier tipo de "relación tóxica" que desgaste tu energía o empañe
tu felicidad. Un brindis por esas personas que han dado un salto evolutivo al
siglo XXI … Oh evolución!
domingo, 17 de marzo de 2013
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1 comentario:
Amen hermano y Bienvenido de nuevo!
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