Hace casi una semana me dirigía al trabajo. En las proximidades de la avenida 27 de febrero, casi llegando a la oficina, observé a un señor en su confortable jeepeta llamar a un vendedor de mandarinas que estaba en una esquina; el señor muy humilde se acerca, apenas se dirigen palabras que intuí que eran pregunta y respuesta.
Ví como el señor de tez oscura y pantalones remangados a media rodilla se sentaba desalentado en la acera cerca de su fuente de mandarinas. Crucé donde estaba el señor y le pregunté por el precio de las mandarinas; me extrañó ver lo baratas que estaban y terminé comprándole tantas que hasta en mis sueños veo mandarinas por doquier.
Ví como el señor de tez oscura y pantalones remangados a media rodilla se sentaba desalentado en la acera cerca de su fuente de mandarinas. Crucé donde estaba el señor y le pregunté por el precio de las mandarinas; me extrañó ver lo baratas que estaban y terminé comprándole tantas que hasta en mis sueños veo mandarinas por doquier.
El señor terminó regalándome varias mandarinas como compensación de mi compra matutina. Mientras me alejaba, pensaba en el dilema de las personas que batallan diariamente en la vida para sustentar a los suyos, personas con un corazón muy grande y dispuesto a ganarse la vida honradamente haciendo tareas que a muchos les daría vergüenza.
Mientras quitaba la suave cáscara a esta colorida fruta, me puse a pensar en sus propiedades. Sabias que la mandarina: en los tratados de medicina China se le considera materia prima de primer orden.
La pulpa contiene vitamina C, vitamina B, ácido cítrico, azúcar reductora y caroteno. Su piel tiene aceite volátil y glucósido y sus semillas, aceites grasos, proteínas y sustancias amargas.
Tiene propiedades broncodilatadoras y antiflamatorias adecuada en el tratamiento de úlceras, ayuda el intestino y la digestión.
Mientras quitaba la suave cáscara a esta colorida fruta, me puse a pensar en sus propiedades. Sabias que la mandarina: en los tratados de medicina China se le considera materia prima de primer orden.
La pulpa contiene vitamina C, vitamina B, ácido cítrico, azúcar reductora y caroteno. Su piel tiene aceite volátil y glucósido y sus semillas, aceites grasos, proteínas y sustancias amargas.
Tiene propiedades broncodilatadoras y antiflamatorias adecuada en el tratamiento de úlceras, ayuda el intestino y la digestión.
Resulta tan sencillo pelar y comer una mandarina que se ha convertido en una de las frutas predilectas de los más pequeños, si bien, por su sabor dulce y refrescante y por las propiedades nutritivas que nos brinda, se ha de potenciar el consumo en todas las edades. El grato dulzor, su escaso sabor ácido, junto a la suavidad de su pulpa convierten a la mandarina en uno de los cítricos más populares del mundo.
La mandarina es una de las frutas que más carotenoides presenta en su composición, aporta beta-criptoxantina y beta-caroteno en cantidades sobresalientes. La actividad antioxidante de estos elementos fotoquímicos y de la vitamina C, proporcionan al alimento propiedades fisiológicas que van más allá de las nutricionales propiamente dichas. Los antioxidantes combaten la acción nociva de los radicales libres, sustancias responsables del desarrollo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y cáncer.
Para los deportistas, por su contenido en potasio, vitamina C, carotenoides y otros nutrientes, constituye una buena alternativa para reponer los minerales y el líquido perdidos después de la actividad física y para minimizar el riesgo de lesiones y potenciar las defensas. Su zumo mezclado con agua, bicarbonato y azúcares puede hacer perfectamente las funciones de bebida rehidratante durante la competición en deportes que tengan una duración mayor a 90 minutos, en los que las pérdidas de glucosa, agua y electrolitos son más acusadas.
El elevado contenido en agua, potasio y ácido cítrico (alcaliniza la orina, ayuda a combatir las infecciones y potencia la acción de la vitamina C), convierten a las mandarinas en frutas con efecto diurético, beneficioso en caso de hiperuricemia o gota y litiasis renal (favorece la eliminación de ácido úrico y sus sales).
El buen trabajo es la recompensa que galardona tus pasos, es el sendero que marca una estela de credibilidad donde vas; muchos creen que por tener un traje de lino y una posición gerencial les da derecho a humillar a los que decentemente madrugan y brindan una sonrisa bajo el caluroso sol y el smog de la ruidosa ciudad.(y a consumir mandarinas para sanar muchos de tus males de salud y consumir esa dosis dairia de vitamina C)
La próxima vez que pienses hacer sentir vulnerable a alguien con tu actitud arrogante, piensa en usar tu altruismo para ayudar a tener un mejor mundo con ciudadanos generosos, así que ya lo sabes, a comprar mandarinas, dije mandarinas, no vodka de mandarinas..jajajajajaja, que también es buenísimo….! Salud!
El buen trabajo es la recompensa que galardona tus pasos, es el sendero que marca una estela de credibilidad donde vas; muchos creen que por tener un traje de lino y una posición gerencial les da derecho a humillar a los que decentemente madrugan y brindan una sonrisa bajo el caluroso sol y el smog de la ruidosa ciudad.(y a consumir mandarinas para sanar muchos de tus males de salud y consumir esa dosis dairia de vitamina C)
La próxima vez que pienses hacer sentir vulnerable a alguien con tu actitud arrogante, piensa en usar tu altruismo para ayudar a tener un mejor mundo con ciudadanos generosos, así que ya lo sabes, a comprar mandarinas, dije mandarinas, no vodka de mandarinas..jajajajajaja, que también es buenísimo….! Salud!
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